J.R.R. Tolkien. Su inspiración y algunos "accidentes literarios" en su obra
Profesor: -Sr. Gilberto
Martínez H.
Integrantes: -Sebastián Bustos
R.
Fecha: 16/09/05. Osorno, Chile
DEDICATORIA
Este trabajo está dedicado a la memoria de John Ronald Reuel Tolkien,
por la inspiración otorgada, ya que sin él, este trabajo no se
hubiese realizado.
Además, es dedicado a Oskarma, el administrador de la página "Los
Anales de Arda", ya que sin él, su página y su ayuda, este
trabajo no hubiese sido llevado a cabo.
EPÍGRAFE
“Beren estaba desesperado y ya
no podía continuar en las tierras que lo habían visto nacer, entonces
cruzó las montañas de Gorgoroth, al sur de Dorthonion. En ellas
luchó contra las hijas de la araña Ungoliant, entre las que estaba
Shelob. Sobrevivió a esos peligros -que nadie más se había
atrevido a enfrentar- y siguió su camino hacia el sur.
Así llegó a las fronteras de Doriath y como su destino era más
fuerte que los poderes de Melian la Maia, no fue detenido por la Cintura que
protegía el reino de cualquier intruso. Caminando por esos bosques guardados
encontró a Lúthien.
A verla quedó prendado de ella y la llamó Tinúviel, que
quiere decir ruiseñor. Cuando Lúthien -hija de un Elfo inmortal
y de una Maia o diosa- vió a Beren -un hombre mortal- se enamoró
de él y anduvieron solos por los bosques y fueron felices.”
Fragmento de la "Balada de Beren y Lúthien"
J.R.R. Tolkien
INTRODUCCIÓN
El tema de este trabajo está relacionado con J.R.R. Tolkien, y principalmente el contexto en el cual escribió sus obras maestras: “El Silmarillion”, “El Hobbit” y “El señor de los Anillos. Estos libros fueron escritos en el ámbito de un mundo maravilloso, creado en forma ingeniosa y sumamente atractiva por su autor, el cual es denominado “TIERRA MEDIA”.
El estudio realizado se dirigió principalmente a determinar la conformación literaria de estas obras, buscando el enfoque en el cual se basó el autor para realizarlas, el contexto sociopolítico que posiblemente influyó en él al momento de escribirlas y algunos denominados “accidentes literarios” que le ocurrieron a Tolkien.
Dentro de la metodología del trabajo, se determinó inicialmente realizar la lectura de las obras del autor e interpretarlas, posteriormente buscar información en Internet, consultar por antecedentes útiles a personas conocedoras de este autor y participar finalmente en distintos foros referentes a Tolkien, para obtener informacion adicional.
DESARROLLO
J.R.R Tolkien. Biografía
“Sus Primeros años”
John Ronald Reuel Tolkien nace el 3 de Enero de 1892 en la Ciudad de Bloemfontein
(Sudáfrica). Hijo del prestigioso gerente de banco Arthur Reuel Tolkien
y Mabel Suffield. Dos Años después nace su hermano menor, Hilary.
En 1895 parte con su madre y su hermano a Inglaterra, dejando a su padre en
Sudáfrica, quien muere un año más tarde. Mas tarde, en
1904 muere su madre a causa de la diabetes. En ese entonces, Ronald estudiaba
en la Escuela King Edward's.
En 1908, Ronald conoce y se enamora de Edith Bratt, romance descubierto por
el Padre Francis Morgan, mentor y tutor de Ronald, quien, en 1910, le prohíbe
que se sigan viendo. Ese mismo año, Ronald gana una beca para el Exeter
College de Oxford.
“Sus años en Oxford y la T.C.B.S.”
En 1911, se forma la T.C.B.S., un grupo de amigos llamado Tea Club, que se reunían
a tomar el té en Barrow's Stores, y por lo que se le conocía al
grupo con esas cuatro iniciales (Tea Club Barrow’s Stores). El grupo varió
poco, pero al final se definió un núcleo permanente integrado
por J.R.R Tolkien, Christopher Wiseman, R.Q. Gilson y más tarde, Geoffrey
Baceh Smith. En ese mismo año, Ronald comienza a estudiar en la Exeter
College de Oxford, Lengua y Literatura Inglesas, graduándose cuatro años
más tarde, con Honores de Primera Clase.
El 22 de Marzo de 1916, se casa con Edith, a quien había vuelto a ver
tres años antes, Edith fue a vivir a Great Haywood, mientras que Ronald
se embarcó a Francia como subteniente del 11º batallón de
los Lancashire Fusiliers y sirvió como oficial de señales de batallón.
En noviembre de ese mismo año vuelve a Inglaterra, enfermo de “fiebre
de trincheras”. En esa guerra, murieron dos compañeros de la T.C.B.S.,
Smith y Gibson, con lo que la sociedad llegó a su fin.
“El Comienzo de una Mitología”
Mientras se recuperaba en Great Haywood, Tolkien comenzó a escribir "El
Libro de Los Cuentos Perdidos", donde escribió toda la mitología
que desde hace años había concebido, inspirada en viejas leyendas
finlandesas y nórdicas, como el "Kalevala" y la historia de
"Kullervo", libro que más tarde se convertiría en el
"Silmarillion".
En 1917, nace su hijo mayor, John, el año siguiente vuelve a Oxford,
y en 1919 comienza a trabajar como tutor “free lance”.
En 1920, es designado Lector de Lengua Inglesa de la Universidad de Leeds, donde
se establece al siguiente año junto con su familia. Nace su segundo hijo,
Michael.
En 1922, Tolkien y E.V. Gordon comienzan a trabajar en su edición de
Sir Gawain and the Green Knight.
Dos años después, Tolkien es designado profesor de Lengua Inglesa
en la Universidad de Leeds. Nace su tercer hijo, Christopher; quien se convertiría
en su más fiel seguidor y heredero literario. Mas tarde, en 1929, nace
su hija Priscilla.
“Aparecen Los Hobbits”
En 1930, Tolkien empieza a escribir “El Hobbit”, libro aceptado
para su publicación seis años más tarde. Luego, en el otoño
de 1937, “El Hobbit” es publicado por Allen & Unwin. Como recomendación
por el gran éxito de El Hobbit, Tolkien comienza a escribir su continuación,
que luego se convertiría en El Señor de Los Anillos.
En 1949, completa su gran obra, y es publicado uno de sus cuentos: “Egidio,
el granjero de Ham”. En 1954, son publicados los dos primeros volúmenes
de El Señor de Los anillos, y un año más tarde, el tercero.
En 1959, Tolkien se retira de su cátedra y en los siguientes años
se publicaron otras de sus obras, cuentos cortos y algo "aislados"
de su obra primordial: Las aventuras de Tom Bombadil, en 1962; Árbol
y Hoja, en 1964; y el Herrero de Wootton Major, en 1967.
“Los Últimos Años”
En 1968, los Tolkien se establecen en Lakeside Road, Poole. Tres años
más tarde, Edith Tolkien muere en el mes de noviembre a la edad de ochenta
y dos años. Un año más tarde, en 1972, Tolkien vuelve a
Oxford, donde la Universidad de dicha ciudad le otorga un Doctorado Honorario
en Letras.
En 1973, Ronald muere en una clínica el 2 de septiembre, a la edad de
ochenta y un años. Fue sepultado junto a Edith en el cementerio de Wolvecote
en Oxford, atravesando varias hectáreas de sepulcro, hasta la zona donde
sepultan a los feligreses católicos en donde se encuentra una losa de
granito, donde puede leerse la inscripción: Edith Mary Tolkien, Lúthien,
1889 - 1971. John Ronald Reuel Tolkien, Beren, 1892 - 1973.
Su inspiración
J.R.R Tolkien se consideraba a si mismo un hombre común. Ya fuera por
sus actividades, por su forma de vida, por su familia o más bien, por
su amor a lo cotidiano. Por lo tanto, es bastante extraño que su mayor
obra literaria, “El Señor de los Anillos”, una novela épica
de aventuras, parezca contradecirse con su imagen: La de un sencillo y nada
extravagante profesor de lenguas antiguas. Este aspecto no es más que
el reflejo del pensamiento del autor, quien creía que lo más común
puede pasar a ser lo mas “heroico” o digno de admiración,
lo que queda demostrado cuando se ve que Tolkien, como un hombre común,
creó un impresionante libro en el que su “alter ego”, Frodo
Bolsón, un símbolo absoluto del hombre corriente, realiza igual
que el autor, algo increíble e impensable: Un viaje hacia el corazón
mismo del mal, el cual, para ser llevado a cabo, hace que Frodo deba despojarse
de todo bien material y dejar atrás por completo su vida cotidiana, y
desemboca en que éste sea nombrado como el personaje más valiente
de la Tercera Edad de la Tierra Media.
Por medio de los próximos testimonios, veremos que la obra de Tolkien
(El Señor de los Anillos) está completamente unida a las experiencias
vividas por su autor: Los recorridos por la campiña inglesa, la muerte
de sus amigos, la guerra, su imaginativa infancia, África, Sarehole,
las reuniones literarias, su mujer y sus hijos, los que son elementos indispensables
para comprender una obra que no sería la misma sin alguno de ellos:
El ensayista y escritor Pablo Capanna:
Tolkien había escrito, un poco como juego, “El Hobbit”, que
logró publicar en 1937. A pedido de los editores, prometió escribir
una continuación de la novela, pero poco a poco, ambos mundos, el de
las aventuras de Bilbo Bolsón y la mitología de “El Silmarillion”,
empezaron a fundirse, y lo que era una historia infantil e ingenua comenzó
a convertirse en epopeya. La obra fue creciendo desmesuradamente entre 1937
y 1949, y para publicarla fue necesario dividirla en tres tomos; el tercero
apareció en 1955, tres años después de que Tolkien se jubilara
como profesor (en realidad renunció a su cátedra
en 1959). Ahora, Rayner Unwin, ya adulto, presidía la empresa
y seguía admirando a Tolkien. ¿Se atrevería a arriesgar
su negocio publicando una obra cara, monumental e inclasificable, respecto de
lo cual nadie sabía cómo reaccionaría el público?
Por suerte para nosotros, se atrevió, y no tuvo que arrepentirse, porque
el libro llegó a las quince ediciones sólo en Inglaterra. Traducido
a 16 dieciséis idiomas, desde el sueco y el japonés hasta el polaco
y el hebreo. En cuanto a la otra obra, más trascendental quizá
(El Silmarillion), que había sido escrita antes que todas las demás,
tuvo que seguir esperando, y sólo vio la luz como obra póstuma
en 1977.”
Rayner Unwin: “La Boots Circulating Library, en esa época
tenía un máximo de 18 chelines para cada libro que compraran.
Según mis cáculos, este libro costaría alrededor de 70.
Por lo tanto la Boots no lo compraría. Entonces convencí a Tolkien
de que separara el libro en tres partes, cada uno con un título diferente,
y que se editarían en 6 meses. Eso podría aliviar el problema.
Y con esos cálculos le escribí a mi padre que estaba en un viaje
de negocios en Oriente explicándole el tema. Le dije que me parecía
un trabajo genial pero que a pesar de eso podríamos perder casi mil libras
en el proceso de edición. Y con los modales elegantes de un gran hombre
que siempre tiene la respuesta correcta sin importar lo que suceda después,
contestó: si crees que es un trabajo genial entonces puedes perder mil
libras. Y lo editamos".
Padre Robert Murray:“En verdad, no sabía que iba a pasar.
Pensó que lo tomarían a la ligera como una novela más.
Era lo más importante que hizo en su vida. Le importaban los valores
que contenía, eran valores anticuados de la poesía épica,
de los caballeros y que la gente relaciona con la edad media. Le importaban
mucho estas cosas y temía que la gente se riera de él.”
En una carta al Padre Murray, Tolkien decía: “Tengo mucho miedo
con la edición porque me es imposible oír la opinión de
la gente. Tengo el corazón expuesto a los tiros”.
Ronald Tolkien: “Muchos lo tomaron como si representara el Anillo
de la bomba nuclear, pensaron que lo que yo tenía en mente era una alegoría
de ese anillo. Pero no era así.”
Para Tolkien, los paseos familiares también eran una fuente constante
de inspiración para sus obras:
Christopher Tolkien: “Bree, en su colina, el primer lugar a donde
va Frodo después de La Comarca. Brill se llamaba el pueblito que estaba
arriba de la colina donde íbamos muy seguido. Más tarde durante
el viaje, llegaron a Tierras realmente peligrosas y deshabitadas: las colinas
de La Cima de Los Vientos, donde los Jinetes Negros atacaron a Frodo. Esta escena
está inspirada en esa colina. Y mucho después Cheddar Gorge, donde
recuerdo haber ido con él. Ese silencio expreso de placer acerca de las
cavernas y las estalactitas y el sonido del goteo... Cómo el dijo alguna
vez, sin duda proviene del brillo del fondo de las cavernas de Aglarond, detrás
del Abismo de Helm, que tanto amaba Gimli, el enano y no le gustaba tanto a
Legolas, el elfo.”
Priscilla Tolkien:
“La zona de Costwolds también se volvió un símbolo
de lo que él veía como paisaje y sociedad ideales: los pueblitos,
los mercados, los valles, las colinas y los prósperos campos. Una cultura
rural que aún estaba intacta. Para mí fue tan evidente cuando
regresé a Costworlds, es igual a la colina de Hobbiton, sus valles y
la colina son iguales.”
Carta de Ronald Tolkien a su hijo Christopher cuando éste se encontraba
en Sudáfrica durante la Segunda Guerra Mundial:
“Tanto amo y admiro las callecitas, los cercos, los árboles susurrantes,
lo que me obnubila y satisface más a mi corazón es el espacio.
Mi corazón aún vive entre los desiertos, altos y pedregosos, entre
las morenas y las ruinas de la montaña, silenciosas a pesar del ruido
de un frío hilo de agua. Intelectual y estéticamente el hombre
no puede vivir en las rocas ni en la arena. Pero menos puedo yo vivir solamente
del pan. Y si no hay más que simples rocas y arenas sin caminos marcados
y un mar sin cosecha, odiaría todas las cosas verdes que crecieran como
si fuera un hongo.”
Priscilla Tolkien:
“En su interior, desde su vida interna, creo que mucho más duros,
que surgían de sus obras, de la lectura y de su estudio. También
de otras experiencias de la vida como por ejemplo sus vacaciones en Suiza en
1911 y haber visto los Alpes por primera vez cuando era joven. Y haber escalado
en medio de una tormenta y una gran
avalancha que casi lo mata. Creo que hay una conexión con eso en sus
obras: la gran tormenta en El Caradhras.
TEXTO CITADO DEL LIBRO:
“Mientras estaban allí detenidos, el viento amainó, y la
nieve disminuyó hasta cesaron casi de todo. Echaron a caminar otra vez.
Pero no habían avanzado mucho cuando la tormenta volvió con renovada
furia. El viento silbaba y la nieve se convirtió en una cellisca enceguecedora.
Pronto aun para Boromir fue difícil continuar. Los Hobbits, doblando
el cuerpo, iban detrás de los más altos, pero era obvio que no
podrían seguir así, si continuaba nevando. Frodo sentía
que los pies le pesaban como plomo. Pippin se arrastraba detrás. Aún
Gimli, tan fuerte como cualquier otro enano, refunfuñaba tambaleándose.”
Estando en Africa, Tolkien casi sufre un shock cuando hace su aparición
una araña de proporciones gigantescas que inspiró uno de los momentos
más recordados de “El Señor de Los Anillos”: el enfrentamiento
de Frodo y Sam contra las arañas demenciales de Mordor, donde el mismísimo
Frodo es aguijoneado y Sam lo rescata preso de un acceso de furia. También
en África sufrió un percance insólito: fue secuestrado
“temporariamente”por un sirviente negro para mostrarle el “mundo
exterior”. “Dentro de todo fue bueno, -comentaba Tolkien-, fui llevado
lejos de todos los centros de disturbio”. De todas maneras algo de esto
tiene que haber influido para el secuestro de Merry y Pippin, en donde los pobres
Hobbits son pateados, golpeados y obligados a correr por zonas hostiles hasta
quedar muertos de cansancio. Mezclándose otra vez lo cotidiano: Tom Bombadil,
otro de sus célebres personajes, era un muñeco holandés
propiedad de uno de sus hijos.
La muerte en los libros de Tolkien
Cuando tenía 22 años, Tolkien tenía muchos amigos. Cuando
cumplió los 26 muchos de ellos habían muerto. Estas cosas lo afectaron
mucho, y Tolkien pensaba en la muerte desde muy joven. Una parte de su mitología,
una de sus metas, siempre fue crear una raza de criaturas inmortales o que escapaban
de la muerte igual que los seres humanos. El tema central de su obra, básicamente,
era la muerte. Lo curioso es que toda persona piensa y medita en lo mismo en
algún momento de su vida. Pero Tolkien se anticipó y nunca dejó
de pensar en ella. El fragmento del libro que más critica a la 1ª
Guerra mundial es aquel en el que los personajes cruzan un lugar llamado Las
Ciénagas de Los Muertos. Esta parte del libro, tiene que ver con las
experiencias previas de Tolkien, cuando llegó a la cima con el regimiento
de fusileros de Lancashire en la Batalla de Somme y vió caer a muchos
de sus compañeros.
TEXTO CITADO DEL LIBRO: “En la prisa por alcanzar a Gollum, Sam
enganchó el pie en una vieja raíz o en una mata de hierba y trastabilló.
Cayó pesadamente sobre las manos, que se hundieron en el cieno viscoso,
con la cara muy cerca de la superficie oscura de la laguna. Oyó un débil
silbido, se expandió un olor fétido, las luces titilaron, danzaron
y giraron vertiginosamente. Por un instante el agua le pareció una ventana
con vidrios cubiertos de inmundicia a través de la cual él espiaba.
Arrancando las manos del fango, se levantó de un salto, gritando. –Hay
cosas muertas, caras muertas en el agua –dijo horrorizado-. ¡Caras
muertas! Gollum se rió. –La ciénaga de los muertos, sí,
sí: Así la llaman –Cloqueó –No hay que mirar
cuando los cirios están encendidos.”
John Ronald Reuel Tolkien:
“No existe la muerte natural, nada de lo que le sucede al hombre es natural.
No hay dudas. Todos nos moriremos, pero para cada uno la muerte será
como un accidente. Incluso si su muerte tiene sentido, la vemos como una violación
injustificada. Puede estar a o no de acuerdo, pero esas son las fuerzas clave
de El Señor de los Anillos.”
Algunas alegorías en la obra
de Tolkien
En contraste con lo anterior, sabemos que Tolkien dejó muy claro en sus
cartas (recopiladas por su hijo Christopher) que no le gustaban las alegorías
en su obra. Un ejemplo de ello es que siempre reñía con su amigo
C.S. Lewis a causa de la imagen que le daba a Aslan en los libros de “Cronicas
de Narnia”, que era demasiado similar a Jesús. A pesar de esto,
es imposible negar que Tolkien a su vez, utilizó muchos elementos del
Cristianismo en “El Señor de los Anillos”; los dos ejemplos
mas citados son: La dama Galadriel, una comparación con la virgen María
por su belleza y omnipresencia en los corazones de la comunidad y las Lembas,
el pan del camino de los elfos, que es comparable a la Hostia del cristianismo,
porque infunde fuerzas y da una sensación de lleno especial.
Otro ejemplo de alegoría, es el cuento “Hoja de Niggle”,
considerada como una verdadera autobiografía de Tolkien. En este cuento,
Niggle inicia una pintura de una hoja en la que se dedica enormemente. Con el
tiempo, la hoja pasa a ser un árbol y en éste, Niggle pinta hoja
por hoja con una dedicación asombrosa, hasta que el árbol pasa
a ser un campo que ocupaba un enorme lienzo. El principal problema de Niggle
es que siempre era molestado por su vecino Parish, con quien que se cree, Tolkien
intentaba mostrar a C.S. Lewis. La principal preocupación de Niggle era
terminar su lienzo antes de hacer el último y largo viaje, y al final,
debe empezar el viaje con el lienzo no terminado. Antes de que un tren lo lleve
a su “destino final”, Niggle debe ser juzgado por dos voces que
deciden, al final, dejarlo terminar el lienzo, pero no por el hermoso árbol
pintado, sino porque se dedicó mas a ayudar al prójimo que a terminar
el lienzo al que amaba. Por ésta orden, Niggle es llevado a una tierra
como salida de los cuentos de hadas que tanto gustaban a Tolkien y descubre
que, en el centro de ésta, está su árbol aunque incompleto,
al igual que la tierra a su alrededor. A Niggle se le permite quedarse ahí
para terminarlo junto a su vecino Parish, y, cuando lo hacen, se dedican a explorar
la maravillosa tierra recién creada.
Por medio de esta historia, nos damos cuenta de la vida de Tolkien, quien empezó
escribiendo cuentos pequeños, luego, fue “ampliandose” hasta
escribir novelas, y terminó interrelacionando estas últimas para
crear un mundo de fantasía conocido como “Tierra Media”.
Por medio de estas dos alegorías presentes en la obra de Tolkien, nos
damos cuenta de una pequeña contradicción, que los entendidos
en este autor prefieren llamar “accidentes literarios”. Estos “accidentes”
reflejan que, aunque Tolkien era un “narrador de genio” y un incomparable
profesor de lenguas, también tuvo traspiés en su obra, los que
hacen que la gente entendida llegue a dudar de él.
CONCLUSIÓN
J.R.R. Tolkien fue un escritor que supo llegar a los corazones de la gente,
creando un mundo maravilloso que cautiva a grandes y pequeños por igual,
además de relacionar las distintas historias que ocurrían dentro
de éste.
Aunque Tolkien intentó dejar en claro que no le agradaban las alegorías,
al igual que todo ser humano tuvo algunos pequeños “accidentes
literarios” que llegaron a ser tomados como alegorías. Tal vez,
incluso algunos de éstos no llegaron a ser accidentes y el autor los
creó pensando en que futuras generaciones intentaran descifrarlos.
La conclusión final de éste trabajo, es que J.R.R. Tolkien era
un hombre normal, que rompió la barrera entre lo ordinario y lo extraordinario
con sus libros, y aunque decía que no le gustaban las alegorías,
es imposible dejar de ver aspectos de su vida que influenciaron la escritura
de sus libros.
BIBLIOGRAFÍA
- Oskarma, http://www.anarda.net
“Los anales de Arda”
- http://www.elfenomeno.com
“El fenómeno”
- Tolkien, John Ronald Reuel (1892): “El Señor de los Anillos,
la comunidad del anillo”. Editorial MINOTAURO.
- Tolkien, John Ronald Reuel (1892): “El Señor de los Anillos,
las dos torres”. Editorial MINOTAURO.
- Tolkien, John Ronald Reuel (1892): “EL Señor de los Anillos,
el retorno del rey”. Editorial MINOTAURO.