La vida como un largo viaje iniciático

Christian Aguirre

 

“No trates de inventar, sino de encontrar”.
Cuando escribo siempre empiezo por el nombre. Dime un nombre y te contaré una historia

                                                                                John Ronald ReuelTolkien

 

Tolkien se consideraba un hombre común. Por sus actividades, por su forma de vida, por su familia, por  su amor a lo cotidiano.  Su obra literaria, por momentos monumental, como lo es El Señor de los Anillos, parece contradecirse con la imagen de su creador, un sencillo y para nada extravagante profesor y maestro de lenguas antiguas. Esto no es más que el reflejo de su forma de vida y su pensamiento: como hombre común edificó una impresionante gesta heroica, en la que su alter ego, Frodo Baggins (Bolsón en la traducción al español), símbolo absoluto del hombre corriente, también realiza una gesta heroica: un viaje iniciático hacia el corazón del mal, para el que debe despojarse de todo bien material y dejar atrás su vida cotidiana.

En los próximos párrafos, en los que jugaremos con los tiempos cronológicos, veremos que la obra de Tolkien está indisolublemente  unida a las experiencias de su autor. Los recorridos por los campiñas inglesas, la muerte de sus amigos, la guerra, su imaginativa infancia, África, Sarehole, las reuniones literarias, su mujer, sus hijos, son algunos elementos indispensables para comprender una obra que no sería la misma sin alguno de ellos.


Pequeña Biografía

Tolkien nace en Bloemfontein, Sudáfrica, el 3 de enero de 1892. El apellido Tolkien tiene ascendencia germana (Toll-kuhn). Su padre, Arthur Reuel Tolkien era empleado de banco y fue trasladado a ese país (una colonia inglesa) cerca de 1890, porque prometía un mejor futuro económico.  Poco tiempo despues, lo siguió su esposa Mabel Suffield, que era misionera en Zanzibar. Pero la desgracia se abatió sobre la familia en forma repentina: el 15 de febrero de 1896, Arthur murió por fiebre reumática. Aunque Ronald volvió a Inglaterra con su familia (su madre y su hermano Hillary) mantuvo siempre intactos sus recuerdos de los paisajes y experiencias en Africa. 

Los Tolkien se instalan en el condado de Sarehole, cerca de la ciudad de Birmingham. El 15 de octubre de 1904, Mabel Tolkien murió de diabetes (intratable en ese entonces), dejando a los niños bajo la tutela espiritual del Padre Francis Morgan  y los cuidados de la hermana de Mabel, Beatrice Suffield.


Pocos años más tarde, Ronald se convirtió en un gran estudioso de las lenguas, aprendió latín, griego y finlandés y ya comenzó a garabatear idiomas de su propia invención.  En el Colegio King Edward se nutrió de un buen grupo de amigos, que pasaban horas enteras en el Tea Club, Barrovian Society.

A los 16 años conoció a Edith Bratt, tres años mayor que él, quien más tarde fue su esposa durante más de cincuenta años. Edith era también inquilina de la Sra. Faulkner, y al igual que Ronald, huérfana . Su amistad se transformó en amor para furia del padre Morgan, quien le prohibió verla hasta que cumpliera los 21 años. Heroicamente, cumple con el plazo. Entre 1911 y 1913 estudia en el Exeter College, donde profundiza su obsesión por diferentes formas de lenguaje: inglés antiguo y viejos dialectos germánicos.


En junio de 1916, antes de embarcarse para Francia con motivo de la Primera Guerra Mundial, se casó con Edith, la madre de sus hijos John, Priscilla, Christopher y Michael. Fue segundo Teniente para los Fusileros de Lancashire (The Lancashire Fusiliers), sobrevivió a la batalla de Somme donde murieron muchos de sus amigos del Tea Club. A los pocos meses vuelve a Inglaterra debido a que contrae fiebre de las trincheras.


En 1925 la historia comienza a tomar forma, Tolkien inicia su carrera académica en la Universidad de Oxford, donde fue estudiante, profesor y un notable filólogo.

El comienzo de la Saga

Lo primero que escribió fue El Silmarillion, obra que increíblemenmte nunca llegó a ver editada. Muchos años más tarde, su hijo Christopher, albacea de su obra, se encargó de rearmarlo, ordenarlo y publicarlo: “Empezó a escribir  The Book of Lost Tales, que fue el primer Silmarillion pero en ese momento prefirió llamarlo de otra manera. Es distinto a las demás obras, pero son una forma menos elaborada de las grandes leyendas que lo inspiraron el resto de su vida. En 1930 también existía otro Silmarillion, también muy diferente,que era una especie de crónica más extensa. Lo importante es que está completo: es un mito cerrado en sí mismo, no presupone las  ideas que vendrían años más tarde...y en ese momento The Hobbit no tenía relación alguna con ella. “


El Primero de la generación literaria de Hobbits: Bilbo

En 1937 fue publicado El Hobbit, (libro que ya lleva 80 reediciones). Cuando terminó el manuscrito del libro, Tolkien se lo entregó al editor Sir Stanley Unwin, quien a su vez dio a leer la obra para su consideración a su hijo Rayner, de tan sólo diez años. “Mi padre era editor y decía que los niños eran los mejores jueces de los libros infantiles"  -recuerda en la actualidad Rayner Unwin- "Y creo que tenía razón.Cuando recibía un libro, como El Hobbit, se lo daba a sus hijos para que lo leyeran. Yo tuve la suerte de leer este, que era mi primer informe, por eso recibí una moneda.”

Tolkien, a su vez,  explicó así el nacimiento de esta raza de pequeños panzones y grandes pies, fumadores (al igual que Ronald Tolkien) exquisitos y empedernidos de Pipa: El principio real, que tampoco es el principio. El momento inicial fue... recuerdo perfectamente la esquina de la casa de la Avenida Northmoor donde se me ocurrió. Tenía una pila enorme de exámenes que debía corregir ese verano, que es un trabajo muy tedioso y además muy aburrido. Recuerdo que tomé un examen y le dí una nota extra, 5 puntos en realidad. Una página del examen estaba en blanco: maravilloso, nada que leer. Y no se porqué, escribí: en un hueco de la tierra vivía un Hobbit


Antes de verse publicados los Hobbits eran tema de charlas hogareñas, según recuerda otro hijo de Ronald Tolkien, Michael : “Era difícil cuando se molestaba y se enojaba (por Ronald). Mi hermano Christopher era muy perspicaz, era 4 años menor que yo, y decía cosas como: “la última vez dijiste que el duende tal y tal tenía un gorro azul con una espiga plateada arriba. Lo escribiste mal aquí, ves?. Y recuerdo bien que mi padre decía “¡maldito niño!” y volvía a la máquina de escribir para corregirlo.”

Y luego... El Señor de los Anillos

El Señor de los Anillos se forjó como los anillos de la historia: con años de sacrificio y temible voluntad. “Tolkien había escrito, un poco como juego, The Hobbit, que logró publicar en 1937" -dice el ensayista y escritor Pablo Capanna- " A pedido de los editores, prometió escribir una continuación de la novela, pero poco a poco, ambos mundos, el de las aventuras de Bilbo Baggins y la mitología de El Silmarillion, empezaron a fundirse, y lo que era una historia infantil e ingenua comenzó a convertirse en epopeya. La obra fue creciendo desmesuradamente entre 1937 y 1949, y para publicarla fue necesario dividirla en tres tomos; el tercero apareció en 1955, tres años después de que Tolkien se jubilara como profesor. Ahora, Rayner Unwin, ya adulto, presidía la empresa y seguía admirando a Tolkien. ¿se atrevería a arriesgar su negocio publicando una obra cara, monumental e inclasificable, respecto de lo cual nadie sabía cómo reaccionaría el público? Por suerte para nosotros, se atrevió, y no tuvo que arrepentirse, porque el libro llegó a las quince ediciones sólo en Inglaterra. Traducido a 16 dieciséis idiomas, desde el sueco y el japonés hasta el polaco y el hebreo. En cuanto a la otra obra, más trascendental quizá (The Silmarillion) que había sido escrita antes que todas las demás, tuvo que seguir esperando, y sólo vio la luz como obra póstuma en 1977.”


Rayner Unwin:

 “La Boots Circulating Library, en esa época tenía un máximo de 18 chelines para cada libro que compraran. Según mis cáculos, este libro costaría alrededor de 70. Por lo tanto la Boots no lo compraría. Entonces convencí a Tolkien de que separara el libro en tres partes, cada uno con un título diferente, y que se editarían en 6 meses. Eso podría aliviar el problema. Y con esos cálculos le escribí a mi padre que estaba en un viaje de negocios en Oriente explicándole el tema.  Le dije que me parecía un trabajo genial pero que a pesar de eso podríamos perder casi mil libras en el proceso de edición. Y con los modales elegantes de un gran hombre que siempre tiene la respuesta correcta sin importar lo que suceda después, contestó: si crees que es un trabajo genial entonces puedes perder mil libras. Y lo editamos".


Padre Robert Murray

En verdad no sabía que iba a pasar, pensó que lo tomarían a la ligera como una novela más. Era lo más importante que hizo en su vida. Le importaban los valores que contenía, eran valores antcuados de la poesía épica, de los caballeros y que la gente relaciona con la edad media. Le importaban mucho estas cosas y temía que la gente se riera de él.”

En una carta al Padre Murray, Tolkien decía:

“Tengo mucho miedo con la edición porque me es imposible oír la opinión de la gente. Tengo el corazón expuesto a los tiros”.

Ronald Tolkien:

“Muchos lo tomaron como si representara el Anillo de la bomba nuclear, pensaron que lo que yo tenía en mente era una alegoría de ese anillo. Pero no era así.”

Lo cotidiano como la base imaginaria de El Señor de los Anillos

Tolkien era un obsesivo observador de lo cotidiano. Cada sendero, camino, callejuela o campiña que haya recorrido, ya sea en su etapa de niñez o adultez, era registrado como un viaje imaginario. “Tolkien era un hombre con una gran apreciación por lo lugares. El Señor de los Anillos es un obra que gira alrededor de un mapa, es un mapa imaginario. Pero detrás de la fantasía hay un mapa verdadero de Inglaterra. Debe conocer muy bien ese mapa: los nombres de las calles, no sólo de los pueblos. Por ejemplo: aquí afuera tenemos la calle Woodhouse Lane, que va desde Woodhouse Moor hasta Woodhouse Ridge. ¿qué significa Woodhouse?.  En el diccionario dice “casa en el bosque”, una definición muy aburrida. Tolkien sabía que nadie decía “Woodhouse”, decían “Woodouse”, y algunos, “Woodowse”. Woodowse es muy diferente a Woodhouse y Tolkien pensó que alguna vez significó otra cosa que “casa en el bosque”, sino más bien “wudu wasa” que significa “hombre salvaje del bosque”, “Woodwose”, “sátiro” y así es como describe a Ghan-buri-Ghan en “El Señor de los Anillos”, el jefe de los salvajes. Tolkien pensó: “¿qué será un woodwose? ¿vivirán aquí de verdad?. Es un buen lugar para los woodwoses, lleno de árboles, muy húmedo en donde los hombres salvajes pueden esconderse por mucho tiempo”. Seguro pensó algo así. No se te ocurriría algo semejante si no hubieras caminado por esa calle.”


Los paseos familiares también eran fuente de inspiración:

Christopher Tolkien: Bree, en su colina, el primer lugar a donde va (Por Frodo) después de Shire. Brill se llamaba el pueblito que estaba arriba de la colina donde íbamos muy seguido. Más tarde durante el viaje, llegaron a Tierras realmente peligrosas y deshabitadas: las colinas de Weathertop, donde  los Jinetes Negros atacaron a Frodo. Esta escena está inspirada en esa colina. Y mucho después Cheddar Gorge, donde recuerdo haber ido con él. Ese silencio expreso de placer acerca de las cavernas.y las estalagtitas y el sonido del goteo... Cómo el dijo alguna vez, sin duda proviene del brillo del fondo de las cavernas de Aglarond, detrás de Helms Deep, que tanto amaba Gimli, el enanomy no le gustaba tanto a Legolas, el elfo.


Priscilla Tolkien:

“La zona de Costwolds también se volvió un símbolo de lo que él veía como paisaje y sociedad ideales: los pueblitos, los mercados, los valles, las colinas y los prósperos campos. Una cultura rural que aún estaba intacta. Para mí fue tan evidente cuando regresé a Costworlds, es igual a la colina de Hobbiton, sus valles y la colina son iguales.”

Carta de Ronald Tolkien a su hijo Christopher cuando éste se encontraba en Sudáfrica durante la Segunda Guerra Mundial:

Tanto amo y admiro las callecitas, los cercos, los árboles susurrantes, lo que me obnubila y satisface más a mi corazón es el espacio. Mi corazón aún vive entre los desiertos, altos y pedregosos, entre las morenas y las ruinas de la montaña, silenciosas a pesar del ruido de un frío hilo de agua. Intelectual y estéticamente el hombre no puede vivir en las rocas ni en la arena. Pero menos puedo yo vivir solamente del pan. Y si no hay más que simples rocas y arenas sin caminos marcados y un mar sin cosecha, odiaría todas las cosas verdes que crecieran como si fuera un hongo.”

Priscilla Tolkien

En su interior, desde su vida interna, creo que mucho más duros, que surgían de sus obras, de la lectura y de su estudio. También de otras experiencias de la vida como por ejemplo sus vacaciones en Suiza en 1911 y haber visto los alpes por primera vez cuando era joven. Y haber escalado en medio de una tormenta y una gran avalancha que casi lo mata. Creo que hay una conexión con eso en sus obras: la gran tormenta en las Montañas Misty:..”


Narración de Judi Dench para el documental de la BBC en referencia a los dichos de Priscilla  (estos párrafos corresponden a este documental, no a la versión traducida de los libros).

“El viento soplaba y la nieve se convirtió en una enceguecedora brisa. Pronto se hizo muy difícil continuar, hasta para Boromir. Los Hobbits, unidos de a dos, se enredaban detrás del más alto de todos, pero estaba claro que no irían muy lejos si seguía nevando. El grupo se detuvo de repente, como sí se hubieran puesto de acuerdo en silencio. En la oscuridad oyeron un ruido misterioso. Debe haber sido un truco del viento en las rajaduras y los barrancos de la roca, eran como gritos chillantes y aullidos salvajes de risa. Las piedras comenzaron a caer de la ladera de la montaña, silbando por encima de sus cabezas o chocando en el camino delante de ellos. Cada tanto oían un rugido suave, como una gran roca rodando en las ocultas alturas “No podemos seguir adelante esta noche”, dijo Boromir. “Dejemos que llamen al viento como quieran, oigo  voces que caen del aire, y estas piedras estaban destinadas a herirnos”.


Estando en Africa, casi sufre un shock cuando hace su aparición una araña de proporciones gigantescas que inspiró uno de los momentos más recordados de El Señor de Los Anillos: el enfrentamiento de Frodo y Sam contra las arañas demenciales de Mordor, donde el mismísimo Frodo es aguijoneado y Sam lo rescata preso de un acceso de furia. También en Africa sufrió un percance insólito: fue secuestrado “temporariamente”por un sirviente negro  para mostrarle el “mundo exterior”. “Dentro de todo fue bueno, comentaba Tolkien, fui llevado lejos de todos los centros de disturbio”. De todas maneras algo de esto tiene que haber influído para el secuestro de Merry y Pippin, en donde los pobres Hobbits son pateados, vapuleados y obligados a correr por zonas hostiles hasta quedarse muertos de cansancio. Mezclándose otro vez lo cotidiano: Tom Bombadil, otro de sus célebres personajes, era un muñeco holandés propiedad de uno de sus hijos.

Sus Idiomas

Su pasión por la creación de lenguas propias apareció a temprana edad:


Pablo Capanna:

Durante su infancia, Tolkien había jugado a inventar lenguajes secretos e imaginarios; sus estudios de lingüística, que le permitieron bien pronto tomar contacto con el latín, el griego y las lenguas germánicas, lo llevaron, en los años de estudiante, a escribir parodias en lengua gótica o sajona.  A medida que sus estudios avanzaban, el proyecto de crear un lenguaje, con toda una gramática, vocabulario y etimologías, fue apasionándolo. Cuando lo creó, lo llamó Quenya, el idioma de los Elfos; no conforme con esto, lo supuso derivado de un idioma más arcaico, el Eldarin, y le creó una lengua hermana, el Sindarin. El Quenya era una derivación del finlandés, idioma al que Tolkien comenzaba a estudiar; fascinado por el Kalevala, quizás concibió la idea de imitar a Lonnroth, quien había descubierto e inmortalizado ese poema popular. En cuanto al Sindarin, la otra lengua élfica, le dio la estructura y las raíces del galés. Estas circunstancias explican las similitudes con lenguas conocidas.”


Ronald Tolkien

Desde los 13 ó 14 años tuve la idea de inventar mis propios idiomas. Y nunca dejé de hacerlo. Los idiomas tienen un sabor muy particular... No entiendo porqué la gente dice que son fríos y torpes, porque para mí un idioma nuevo, es como probar un vino o un dulce nuevo...”

Los idiomas en cuestión eran los Quenya y Sindarín, idiomas de los duendes y algunas otras criaturas.

Christopher Tolkien:

Empezaban como formas antiguas y como un idioma real dentro de cada historia del mundo medio hasta que imaginaba los cambios en la pronunciación que debían tener, igual que los idiomas verdaderos. Y si deseaba agregar una palabra nueva en ese idioma, no sólo elegía las sílabas que más le gustaban, sino que definió que lo que esa palabra significaría. Comenzaba con raíces antiguas y trabajaba los cambios sonoros que pudiera haber ocurrido en esa palabra a través del tiempo. Ese detalle le da mucho realismo a los idiomas. Muchos catalogaron estos idiomas como un discurso netamente individual.”

“Como creador o subcreador de los idiomas podía disfrutar la misma creación de los sonidos que desarrollaba en los cambios fonéticos que más le gustaban. Por eso el decía que el Quenya era el idioma que más deseaba, mientras que ningún idioma del mundo podía lograr el mismo efecto. Le gustaba el anglosajón, pero no demasiado, y el finlandés, que influyó mucho sobre el Quenya. Este fue el idioma de su corazón,  era el idioma que él deseaba.”

Las Cartas de Papá Navidad

El 5 de diciembre de 1976 se publicó un libro insólito de un Tolkien desconocido: Las Cartas de Papá Navidad. Era material exclusivamente familiar que Ronald le enviaba a sus hijos en su papel de Papa Noel. La primera carta llegó en 1920 cuando su hijo mayor John tenía 3. El mismo dibujaba estos cuentos (y por cierto era muy buen dibujante).


John Tolkien

“Casi siempre llegaban por correo, convencía al cartero para que las echara por debajo de la puerta. O si ya era tarde aparecían sobre la alfombra de la chimenea del salón.”

Christopher Tolkien

“Y dejaba pisadas de nieve por el piso. En Nochebuena no me podía dormir, pero cuando escuchaba los pasos de Papá Navidad subiendo las escaleras, me tapaba hasta la cara porque algo muy  extraño había entrado a la casa. Nos había arrastrado al mundo secundario, de verdad existía, y eso me emocionaba y me asustaba mucho. “


Priscilla Tolkien

"Creo que mi padre sentía que le debía mucho a Lewis porque lo impulsaba a escribir. Alguna vez dijo que si no hubiera sido por el impulso de Lewis cuando las cosas se pusieron más difíciles, nunca hubiera terminado “El Señor de los Anillos”. Ese fue el dolor más grande que sintió al morir Lewis. En una carta que me contestó en respuesta a otra donde yo enviaba mis condolencias por la muerte de Lewis, me dijo que sentía las cosas de un hombre normal de su edad que estaba perdiendo sus hojas una a una, pero que la muerte de Lewis fue un hachazo en las raíces".

El Mundo Moderno

Tolkien se resistió sobremanera el paso del tiempo. Amante de la naturaleza primordial, el veía en la modernidad un sinónimo de muerte y la destrucción sistemática de la naturaleza.


Pablo Capanna

“Antes de la guerra, Tolkien tuvo un auto, al cual, dicho sea de paso, conducía de un modo bastante suicida. El racionamiento de combustible lo obligó a venderlo, y luego no sintió la necesidad de comprarse otro, porque se acostumbró a ir a la universidad en bicicleta. Además comenzó a convencerse de que el motor de combustión interna estaba haciéndole un daño irreparable al paisaje inglés. Tolkien amaba los árboles, y su última foto lo muestra al lado de un magnífico pino del Jardín Botánico, al cual visitaba a menudo. En los años ´60 comenzó a ponerse más crítico respecto del industrialismo, luego de visitar Sarehole, el rincón del campo donde había transcurrido su infancia, y encontrarlo sucio, contaminado y ruidoso.”


La Muerte

 “Cuando tenía 22 años tenía muchos amigos. Cuando cumplió los 26 muchos habían muerto. Estas cosas sin duda afectan a cualquiera. Y Tolkien desde muy joven pensaba en la muerte. Una parte de su mitología siempre fue crear una raza de criaturas inmortales o que escapaban de la muerte igual que los seres humanos. El tema central era la muerte.  Lo curioso es que todo el mundo cree lo mismo, en algún momento. Pero Tolkien se anticipó y nunca dejó de pensar en ella. El fragmento del libro que más critica la 1ra. Guerra mundial es aquel en el que los personajes cruzan un lugar llamado. The Dead Marshes. Tiene que ver con las experiencias previas de Tolkien, cuando llegó a la cima con el regimiento de fusileros de Lancashire en la Batalla de Somme.”

Narración de Judi Dench sobre estas palabras para el documental de la BBC (los párrafos corresponden a la versión del documental, no es traducción de las novelas).


Sam siguió adelante otra vez, y se tropezó . Su pie se atascó en una raíz vieja. Se cayó al suelo con las manos, que se enterraron muy profundo en el pegajoso fango de modo que su cara toca la superficie de la oscura laguna. Hubo un silbido suave, subió un olor apestoso, y las luces titilaron, bailaron y giraron.  Por un momento el agua debajo de él pareció una ventana, con los vidrios sucios a través de la que él miraba. Comenzó a sacar las manos del lodo y gritó horrorizado: “¡Hay cosas muertas, rostros muertos dentro del agua! ¡Rostros muertos! Gollum dijo riendo: Sí por supuesto. Son los  Marshes muertos. Así se llaman. No debes mirarlos cuando las velas estén encendidas. ¿Quiénes son? ¿Qué son?, preguntó Sam, asustado volteando hacia donde estaba Frodo, detrás de él. No lo sé, contestó como en un sueño. Pero los he visto también en los charcos cuando las velas están encendidas. Estaban en el fondo de los charcos, rostros pálidos en los profundo de las oscuras aguas. Rostros humildes y malos, nobles y tristes, muchos rostros orgullosos y cubiertos con franjas de plata en sus sombreros. Pero todos culpables, todos consumidos, todos muertos.”

Ronald Tolkien

“No existe la muerte natural, nada de lo que le sucede al hombre es natural. No hay dudas. Todos nos moriremos, pero para cada uno la muerte será como un accidente. Incluso si su muerte tiene sentido, la vemos como una violación injustifcada. Puede estar a o no de acuerdo, pero esas son las fuerzas clave de El Señor de los Anillos

Ultimas Semblanzas

Pablo Capanna:

Como cristiano pensaba que el hombre se ha separado de la Verdad Absoluta (Dios) por el pecado original, pero como no está enteramente perdido ni enteramente transformado, des-graciado pero no des-tronado, conserva un destello de sabiduría divina, como una luz reflejada; en consecuencia, cuando maneja la fantasía se convierte en un “sub-creador”. Sólo por la creación de mitos, sólo volviéndose sub-creador e inventando historias, puede el hombre aspirar al estado de perfección que conoció antes de la Caída.  Acéptese o no como teoría literaria, Tolkien creía en ella, de modo que tenemos que admitir que su verdadera biografía no está en su vida sin altibajos, sino que hay que buscarla en sus monumentales obras de ficción, en el mundo arcaico de La Tierra Media, que supo hacer real para nosotros.”

Christopher Tolkien:

“Era un hombre muy alegre y  le gustaba la buena compañía, el buen vino, las buenas conversaciones. Pero en el fondo siempre había cierta melancolía. Creía profundamente en lo mítico, en la decadencia histórica del mundo desde la edad de oro hasta nuestros días.  Ese es el esquema de todas sus obras, más allá de  El señor de los anillos. Y el dolor que sentía de los campos ingleses, aparece una y otra vez. Está presente en lo que encuentran los héroes del libro cuando regresan al shire. El concepto del mal me llega con más fuerza en esa escena en que llegan al shire y ven la maldad de la destrucción. Es más fuerte que evocar a los demonios cósmicos y malvados de Mordor, porque eso parece un cuento, pero lo otro es lo que sentía.


Priscilla Tolkien

“Creo que su fe en la religión, por sobre todas las cosas, hacía que no fuera pesimista.  Yconservaba la fe en los seres humanos, en las posibilidades de la bondad humana, en especial en el de la gente común que no iba a ser famosa en este mundo.”

Christopher Tolkien Jr.

En  los últimos años se dedicó a pensar temas esenciales como la naturaleza de la muerte de los Elvish, la de su inmortalidad que lo apartaban de la tarea de reformar le versión que tenía del libro (The Silmarillion). Siempre tenía cuentos nuevos, conceptos nuevos que necesitaba escribir. Estaba viejo y cansado. Era una tarea demasiado larga.

Después de su retiro Roland y Edith se mudaron a Bournemouth, hasta que ella falleció en 1971. Ronald retornó a Oxford y murió luego de una corta enfermedad el 2 de septiembre de 1973.


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