Las lenguas en la juventud de Tolkien

 

 

1. Introducción

A pesar de que la conferencia de hoy trata sobre las lenguas en un periodo concreto de la vida de Tolkien (su infancia y juventud), creo que es conveniente realizar una tal vez no tan breve introducción al mundo de la lingüística tolkieniana con la que no todos estamos familiarizados. Es por ello que primero voy a hablar de la creación de lenguas según Tolkien y el modelo de familia de lenguas que tras su muerte quedó al fin establecido. Y digo que quedó establecido tras su muerte una situación estática en sus lenguas, porque no podemos decir lo mismo del resto de su vida, que la paso modificando, revisando, cambiando constantemente las lenguas que creaba.

Lo primero a tener en cuenta en este tema es el articulo que Tolkien mismo publicó en 1931 (contaba entonces con 39 años) titulado “The Secret Vice y que hablaba sobre su hoy en día nada secreto vicio de crear lenguas para su propio deleite, y lo llevaba haciendo desde su juventud. En ese articulo hablaba de cómo comenzó a desarrollar dos lenguas fantásticas, una lengua de las hadas y otra de los gnomos, inspirándose en modelos de lenguas reales que conocía. Desde el principio tuvo una clara diferenciación entre este par de lenguas una de ellas “con cierto gusto céltico, especialmente del galés, lengua celto-británica que Tolkien apreciaba mucho y con la cual desde su infancia estuvo en contacto. Es en este articulo también en el que pone de manifiesto claramente que a diferencia de cómo otros creadores de lenguas han podido comportarse, para él lo importante era que las lenguas le resultaran “bellas fonéticamente, y gráficamente, quería encontrar placer en sus lenguas, la satisfacción de la belleza en su obra, comparable a la que puede sentir un compositor o un pintor. Claro que como todo en el Arte es cuestión de gustos, aunque a poca gente disgustan las lenguas élficas. Para Tolkien por ejemplo el latín, el español y el gótico le sonaban muy bien, tanto así el griego clásico y el italiano, pero en cambio, el francés le disgustaba.

Muchas veces debido a esta peculiar obsesión con la belleza de las palabras (por algo era filólogo: amante de las palabras) encontraba palabras de extrema belleza para él, pero significando cosas bastante vulgares o poco llamativas. Así Tolkien decía que a la mayoría de los angloparlantes les parecía bonita la palabra “cellar door (puerta de sótano) o Adeiladwyd significando “fue construido en galés. Es posible que a Tolkien le sonara bien la palabra castellana “arandela, por cuya estructura es perfectamente coherente en la lengua quenya, pero cuyo significado no es tan afortunado.

Ya desde el principio en que comenzó la creación de lenguas (supongo que ni el mismo tuvo consciencia plena del momento en el cual comenzó a crear sus propias, únicas y personales lenguas, probablemente poco a poco iría recogiendo palabras que le agradaran y de alguna manera adaptándolas hasta que se formo una boceto de lengua coherente) tuvo claro el estilo galés en una de ellas, pues adoraba su sonoridad, y otra en un estilo más de lengua clásica (influenciada por el latín, el griego y el español). Esta dicotomía de la lengua de las hadas la lengua de los gnomos (asignación inicial) se mantuvo durante toda su vida, finalmente representada por el Quenya y el Sindarin.

De hecho, Tolkien confesó en ese articulo que el verdadero motivo de la existencia de Arda, de la Tierra Media, de todo el mundo creado por Tolkien es el fortuito azar de tener que proveer de hablantes a las lenguas que él mucho antes de concebir el mundo ya había creado, siendo estas el motivo de su creación, y es que disponemos de más material lingüístico que literario escrito por Tolkien.

La revisión continua y el método de Tolkien

Pero Tolkien no creaba las lenguas sin más ni más y aún siendo para su uso personal y una afición dedicaba todos sus esfuerzos a ello (siempre que las distracciones exteriores no se lo impedían -> leer Hoja de Niggle, J) y pretendía que sus lenguas simularan a las naturales, a diferencia de otras lenguas artificiales que hasta el momento habían sido creadas, como el esperanto que especialmente apreciaba por ser precisamente una lengua “humana totalmente regular y desprovista de las irregularidades de las lenguas naturales que en ocasiones dificultan su aprendizaje. Pero Tolkien nunca pretendió que su quenya fuera una lengua internacional, ni mucho menos, y jamás pensó que nadie se interesara por ella aparte de él. Así que desde este punto de vista, durante toda su vida comenzando desde unos bocetos fue constantemente, incesantemente añadiendo, quitando, modificando, cambiando ideas y conceptos, en definitiva revisando sus lenguas, lo cual produce que en un momento determinado sus lenguas sean distintas a como eran en una época anterior o posterior de su vida, variando mismamente de un texto (o poema) a otro, pues Tolkien buscaba la satisfacción estética (y también por supuesto de estructuras gramaticales que a le parecieran adecuadas o apropiadas para tal o cual lengua, según el carácter) en ellas y no siempre la encontraba, es más, solía encontrarse en un permanente estado de inestabilidad con respecto a sus lenguas, pocas veces escribía un texto y llegaban a convencerle, y como Christopher Tolkien dice “y los textos más bellos eran pronto rechazados. Este incesante cambio en las lenguas que creaba tan solo se vio interrumpido, y quedando una estructura final establecida, por su muerte.

Hay que tener muy en cuenta y tener siempre en mente que las lenguas de Tolkien eran eso: sus lenguas, así que no es posible pretender usarlas como a uno le convengan o quejarse por que no estén completas o no sea posible su utilización para cualquier propósito: Tolkien no escribió gramática de muchas de sus lenguas (de algunas sí que lo hizo, aunque siempre parcial) y en parte han tenido que ser descifradas a partir de los textos que escribió siempre que estos se disponían con traducción al inglés, y muchas veces nos encontramos con que el léxico disponible en ellas es poco menos que básico, pues el principal interés de su autor no era crear un corpus lingüístico completo para un uso al menos básico... y así abundan frecuentemente los sinónimos, epítetos y palabras poéticas, antes que los vocablos para elementos de uso cotidiano. Aunque claro esta que una lengua es una herramienta de un pueblo con su mundo y su cultura y costumbres, y estos no coincidían con los nuestros, y es por ello imposible hablar de tratados científicos en quenya, porque están totalmente fuera de contexto en esa lengua, aunque puedas escribir larguísimos poemas alabando la belleza de la llegada de la primavera o de la nostalgia otoñal.

Hoy en día, y con la aparición y publicación de textos que siguió y sigue a la muerte del maestro, las únicas dos lenguas que hizo con las que podríamos contar como verdaderas lenguas naturales (con su historia, evolución, gentes, léxico amplio...) y lo suficientemente completas como para usarlas son el Quenya y el Sindarin, que curiosamente ambas dos son los exponentes de aquellas dos lenguas que concibió inicialmente en los principios de la creación: la lengua clásica (de cultura) y la lengua con gusto céltico, y es que trabajar en ello durante 60 años se nota.

Y ya centrándonos más en la técnica y los métodos que Tolkien usaba en la creación hay que mencionar dos aspectos de su obra que se ponen de manifiesto especialmente en dos publicaciones (ambas en el tomo 5 de la Historia de la Tierra Media: El Camino Perdido, indispensable para todo aquel que quiera embarcarse en el estudio serio de la lingüística tolkieniana): La Lhammas (A y B y el Lammasethen) y las Etimologías.

La Lhammas consta de dos versiones, una anterior y otra posterior revisada, ampliada y mejorada, en las cuales se trazan sendos árboles o mapas lingüísticos de relaciones de parentesco y evolución entre las lenguas de la Tierra Media, pues no solo se incluyen las élficas sino también la de los Dioses (los Valar) y la de Hombres, Enanos y de las criaturas malignas (balrogs, orcos...), y el caso es que las principales y más importantes para Tolkien siempre fueron las élficas, y en estos primeros bocetos las lenguas de los Hombres siempre descendían de lenguas élficas, pues según decía “los Elfos amaban las palabras por encima de todo y “gustaban de cambiarlas a su modo, embelleciendo sus lenguas y de esa lenta manera evolucionaban las lenguas élficas en la Historia Interna, pues los elfos eran inmortales y por tanto no podían evolucionar tan rápidamente como las lenguas de los mortales (es muy posible que hubiera elfos que inicialmente hablaron Élfico Primitivo y acabaron hablando Quenya). [Un comentario: sobre Historia Interna y Historia Externa, dos apartados que trataré mucho, más adelante, cuando me referiré a cada lengua inventada. La Historia Interna de una lengua construida se dice a la historia de la lengua como lengua natural dentro de su mundo ficticio con sus hablantes ficticios, y la Historia Externa a como su creación por parte del autor fue evolucionando, en el caso de Tolkien tanto la Historia Interna como la Historia Externa de sus lenguas es amplia y muy detallada.]

Ambas versiones de Las Lhammas son no obstante bastante primitivas respecto a la estructura final, se trata de las ideas elaboradas en torno a 1930. El Lammasethen es  posterior a ambas versiones, pero aún sigue teniendo ideas similares que le llevarían años a Tolkien cambiarlas (sobre la organización de la familia lingüística de lenguas élficas hablaré mas tarde).

Por otro lado Las Etimologías es una obra en la que Tolkien intentó compilar un gran número de raíces comunes a todas las lenguas élficas que había creado, o estaba en proceso de creación, dando unas mínimas pautas a seguir para la evolución de dichas raíces de una lengua élfica a otra, partiendo siempre del Élfico Primitivo o Proto-Élfico de la que todas provenían.

Y ahora comentaré por qué tiene tanta importancia esa obra. Tolkien, cuando creaba palabras nuevas para sus lenguas, no lo hacía al azar, por el contrario, todas sus palabras respondía a una meticulosamente pensada estructura de raíces semánticas comunes a todas las lenguas de esa familia, cuyos sonidos generalmente recordaban a Tolkien el propio significado, dicho fenómeno se llama fonestesia.

Citando a Christopher Tolkien: “Él realmente no inventaba nuevas palabras arbitrariamente, primero tenía en cuenta la estructura histórica [Historia Interna], procediendo a partir de las bases o raíces, añadiendo sufijos o prefijos o formando compuestos, decidiendo (o como el diría “descubriendo) cuándo la palabra se introducía en la lengua, siguiéndola a través de los cambios fonéticos regulares y observando las posibilidades formales o semánticas de influencia por parte de otras palabras en el curso de su historia. Así que Tolkien sentía descubrir las palabras en sus lenguas, sentía que ya antes de que hubiera pensando un significado para una palabra o al revés, que hubiera pensado una palabra para tal concepto, ya existía en esa lengua, tan sólo que no se había dado cuenta de ello hasta entonces, y es que la manera de la que estructuraba las lenguas, de tal manera que fuesen casi reales, hacía encajar las palabras a la perfección. Veamos ejemplos sacados directamente de Las Etimologías, obra que por cierto, está atrasada respecto a la concepción final pero que en general es bastante válida si se tienen en cuenta ciertas variaciones.

ÁLAK- impetuoso. *álâkô ímpetu, vuelo rápido, viento fuerte

*alk-wâ cisne; Q alqa; T alpa; NA alpha; N alf; Ilk. Alch; Dan. ealc.

Observamos aquí que de la raiz ÁLAK- surgen los derivados, y mediante un sufijo adjetival wâ surge, curiosamente, un sustantivo, que tiene su descendencia en todas las lenguas élficas casi. Sobre el tema de dónde sacó Tolkien la raiz ÁLAK- es algo incierto, puede que simplemente le sugiriera esa, dentro, claro está, de la fonética y el estilo predeterminados, aunque la inspiración de lenguas naturales también era algo frecuente, pero involuntariamente y adaptándolas al esquema general de sus lenguas. Así por ejemplo, ÁLAK- (impetuoso) pudo estar inspirado por la palabra griega “alkh (fuerza).

ÉLED- “Pueblo de las Estrellas [relacionado con la raiz EL-: estrella], Elfo. Q Elda; N Eledh, pl. Elidh; Dor. Eld, Eldin; Dan. Elda [Chris. Tolkien: se tacharon las dos últimas formas y se añadió que en Dor. y Dan. había metátesis D L > edel-] Dor. Egla, Eglath; Dan. Edel. [Tolkien también habla otra posible interpretación de edel- como proveniente de “más viejo (edela) que en Nold. es eðel, eðil , pero fue tachado, recodar Elder (en inglés)]

Sobre las diversas ideas sobre el origen y el significado de las palabras, es algo habitual en Tolkien, en ocasiones una misma palabra o nombre (por ejemplo: Legolas) tenían distintas (completamente) etimologías según la época (así Legolas puede significa “Hoja verde o “Vista Aguda o Fëanor “Espíritu de Fuego o “Forjador de Copas). “Mi padre vacilaba entre diversas ideas etimológicas (Cita de Christopher Tolkien, Libro de los Cuentos Perdidos vol. I, Apéndice).

Y es que Tolkien no tenía en su mente lenguas estáticas en un mundo fijo, sino más bien, estaba fascinado por imaginarse las lenguas como distintas realizaciones de las mismas palabras y estructuras en constante cambio y evolución, ramificándose y formando cada una por su lado, bellas lenguas. Tolkien concebía sus lenguas en constante movimiento (dentro de la Historia Interna, aunque como ya he comentado anteriormente también lo estaban externamente), y solo podía hablarse de una lengua concreta al fijar un lugar y un periodo concreto de la historia. Así era capaz de decir que “El Quenya no era más que el Élfico Primitivo embellecido por sus hablantes y con aportaciones de la lengua de los Valar. Aparte de la evolución de las lenguas en su Historia Interna, las lenguas evolucionaban con la concepción del mundo, que iba cambiando según el paso de los años.

Antes de pasar a hablar de la propiamente dicha Historia Interna de las lenguas de Tolkien, quisiera aclarar unas ideas en referencia a la Historia Externa de las mismas, ya que ésta fue tan cambiante o más que la propia interna, y así deberíamos considerar que a la hora de hablar de las lenguas hay que tener en cuenta tres puntos de vista:

Considerar solo las lenguas canónicas o las que finalmente se hablaban en la Tierra Media de El Señor de los Anillos y el Silmarillion (y por tanto ignorar todas las lenguas que Tolkien creó en su juventud, porque todas ellas si no desaparecieron son formas tan primitivas de las lenguas finales que apenas pueden considerarse la misma lengua, el Gnómico es tan distinto del Sindarin como el Sindarin del Quenya).

Considerar _todas_ las lenguas que Tolkien hizo a lo largo de toda su vida, lo cual implicaría distinguir el Qenya del Quenya, y varias formas evolucionadas. (En este caso, en la conferencia, estoy claramente teniendo en cuenta todas las lenguas que hizo).

Considerar todas las lenguas que hizo pero mirarlas a través de su Historia Externa, y considerar por ejemplo que al fin y al cabo el Gnómico y el Sindarin no son más que formas en distintos periodos de una misma lengua (así como el Noldorin) que Tolkien tenía en la cabeza.

Esquema final de las lenguas

Las lenguas con diferencia más documentadas son las lenguas élficas, poseemos léxico y gramática de Quenya, Sindarin, Telerin, Nandorin y de Élfico Primitivo incluso (unas 1000 palabras)

(Explicar la cantidad de material de cada una etc.)

“Mucho tiempo habitaron esta primera morada junto al agua bajo las estrellas, y recorrían la tierra maravillados; y empezaron a hablar y a dar nombre a todas las cosas que percibían. A sí mismos se llamaron los Quendi, que significa “los que hablan con voces; porque hasta entonces no habían descubierto criatura alguna que hablara o cantara.

Extracto del Silmarillion, en el cual se habla del élfico primitivo que comenzaron a hablar los Primeros Nacidos en el lago Cuiviénen.

Y es que en la concepción final fueron los elfos los que inventaron sus propias lenguas, ya que anteriormente Tolkien hacía partir todas las lenguas del Valarin hablado por los Valar, en concreto las lenguas élficas descendían del habla de Oromë.

El Élfico Primitivo pronto tuvo una subdivisión, condicionada por la llegada de Oromë y la partida de los Eldar camino de Valinor, hablando los que partieron Eldarin y los que se negaron, rehusaron a ir Avarin (precisamente eso significa Avar renuente, el que rechazó). Sobre las lenguas Avari no dejó Tolkien mucho material, vamos, que prácticamente nulo, tan solo 6 palabras en 6 dialectos Avarin (pues este se ramificó en múltiples dialectos), las 6 siendo “elfo (de la raiz *kwenedê) en cada uno de ellos.

Del Eldarin están documentados unas cuantas palabras, reconstrucciones hechas a partir de comparar los vocablos en Quenya y Sindarin, mezcladas en parte con las reconstrucciones del Élfico Primitivo, y también están anotados algunos cambios fonéticos que tempranamente se produjeron del E.P. al Eldarin (acortamiento de vocales, grupos consonánticos sd > zd, pn > mp etc). Pero como el viaje lo realizaron en 3 grupos, o 3 linajes, los más rezagados, léase los Teleri, pronto comenzaron a hablar de modo peculiar, y a diferenciar su lengua del que ya iba siendo Quenya arcaico de Vanyar y Noldor. Sobre el Quenya comentar que tanto Vanyar como Noldor llegaron satisfactoriamente a Valinor y allí su lengua evolucionó hasta ser el Quenya clásico, con dos dialectos, el Vanyarin, influenciado por el Valarin y más arcaico (-ndy-, z y no r, etc.) y el Noldorin mucho más innovador y que fue el que en el exilio llevaron de vuelta a la Tierra Media, imponiéndose allí como lengua de cultura.

Resulta en cambio más interesante desde el punto de vista sociolingüístico y etimológico la familia de lenguas Telerin. La primera división en este grupo surgió cuando en su viaje llegaron a las Montañas Nubladas (Hithaeglir) y un grupo de elfos se negó a cruzarlas y decidió permanecer ahí. Estos elfos conocidos como Nandor o Danas, por un lado fueron los elfos silvanos de los bosques y por otro lado los Lindar de Lindon, cuando finalmente cruzaron las montañas guiados por Denethor, y su lengua fue en general conocida como Nandorin y ellos como elfos verdes. El resto de Teleri prosiguieron su marcha, pero su líder Elwë se perdió (se encontró con Melian) y muchos decidieron permanecer en su búsqueda, mientras que otros liderados por el hermano Olwë llegaron finalmente a Valinor, y su lengua fue el Telerin de Aman (o Valinor) una lengua bastante similar al Quenya, que de hecho es casi considerada un dialecto de ella. El resto de Teleri fueron conocidos posteriormente como elfos grises y su rey fue Elu Thingol en Doriath, y también habitaron por todo Beleriand, y su lengua fue el Sindarin Antiguo, posteriormente con tres dialectos conocidos: el estándar, el doriathrin (arcaico) y el nórdico (Hithlum).

En lo que respecta a las lenguas de los Hombres, tan solo disponemos material de Adûnaico, muy elaborado estructuralmente pero con poco léxico, y el Westron del cual solo conocemos unas 300 palabras (y nada de gramática) porque es la lengua representada por el inglés en el Señor de los Anillos. Se dice que los Hombres elaboraron sus lenguas, pero probablemente estuvieron muy influenciados por los elfos, y también por los enanos. No obstante, no tiene nada que ver con la concepción inicial en la cual las lenguas de los Hombres puramente descendían de lenguas élficas, avari en su mayoría.

Y por último, las lenguas que todas ellas descienden en mayor o menor medida del Valarin, que son el Khuzdul, lengua creada por Aulë para los Enanos, una lengua secreta que ellos solo usan en privado y la Lengua Negra creada por Sauron en la 3ª Edad, de la que también deriva (aunque en realidad toma préstamos de cualquier lengua) el Órquico.

2. Lenguas naturales

Por mucho que Tolkien acabará sumido en la subcreación de la Tierra Media y las lenguas que allí se hablaban, desde siempre tuvo una predilección hacia las lenguas naturales que iba descubriendo. No voy a realizar aquí una ordenación cronológica (del orden en que fue conociendo estas lenguas) de las lenguas naturales que influyeron en la vida de Tolkien, pero sí voy a hablar sobre las que mayor papel jugaron.

Gótico

La relación de Tolkien con el gótico fue realmente apasionada e intensa durante su periodo de adolescencia y juventud, descubriéndola cuando tenía unos 16 años y aún cursaba estudios secundarios antes de acceder a la universidad. Por aquella época ya había profundizado en la que el consideraba su lengua materna, el Anglosajón, y al descubrir una lengua germánica tan culta y antigua como el gótico experimentó un placer similar al que un hispanohablante puede sentir al conocer el latín: el saber de una lengua cercana a la suya, pero en un estilo más elevado y ancestral, sobretodo desde el punto de vista germánico resulta gratificante, teniendo como tienen siempre impuesta una lengua ajena a su familia y extraña como el latín, a modo de lengua de cultura, a diferencia del gótico que no por ser más familiar le pareciera menos preciada.

En una carta a Michael Tolkien (su hijo mayor) fechada entre el 6 y 8 de marzo (es una carta extensa) menciona el hecho de que antes de entrar en Oxford “estaba estudiando gótico y yo qué sé más, lo cual le distrajo de los estudios y casi no le permite obtener la beca de acceso a Oxford.

En otra carta fechada el 20 de julio de 1965, enviada a un tal Zillah Sherring que anteriormente le había escrito preguntando sobre un libro que estaba actualmente en su posesión pero que al parecer había pertenecido a Tolkien, dice, refiriéndose al gótico: “Me había topado con esta lengua admirable un año o dos antes de 1910 [tenía por tanto unos 17 o 16 años] en “Primer of the Gothic Language, de Joseph Wright [...] Yo quedé fascinado por el gótico en sí: una hermosa lengua, que alcanzó la eminencia del empleo litúrgico, pero, como consecuencia de la trágica historia de los godos, no logró convertirse en una de las lenguas litúrgicas de Occidente [junto con el latín y el griego]. En ese momento tenía sólo el Manual con su pequeño vocabulario, pero había aprendido parte de la técnica necesaria para convertir palabras de otras lenguas germánicas en un escrito gótico. Y realmente con 16 años aprendió por su cuenta las normas de la evolución fonética de las lenguas germánicas como para sacar su propio vocabulario del gótico, a partir de palabras alemanas o anglosajones, lenguas que seguramente ya conocería bien por aquel entonces.

Es también por todo ello que Tolkien siempre tuvo el secreto afán de en base al modelo gótico crear su propia lengua germánica de cultura, que ya comenzó con una reelaboración del gótico, NeoGothic?, en sus años preuniversitarios, pero que pronto abandonó, aunque tal vez retomara sus ideas con el Taliska.

Español

Tolkien se quedó huérfano cuando tenía 12 años (se le murió su madre, su padre se había muerto cuado el tenía 3 años) y pasó a tener su custodia un tutor, el Padre Francis Morgan, un sacerdote católico, de ascendencia española. Independientemente de que ello marcara su fe, también le introdujo desde joven el interés por la lengua castellana, que pronto aprendió (una de las primeras, si no la primera, en estudiarla por su cuenta). Él hablaba del “Español comercial que dice que él sabía por medio de manuales.

Este gusto por el español se ve reflejado tempranamente en sus lenguas Nevbosh y Naffarin, que luego comentaré. Es bastante fácil suponer que el español le supuso una buena introducción a otras lenguas latinas como el italiano, y especialmente el latín. El Qenya temprano, y aún el Quenya maduro, poseen grandes afinidades no solo con la lengua latina sino también algunas (exclusivamente) con el español. Sobre todo en el ámbito fonético y en el léxico y su forma.

Anglosajón (mércico), Antiguo Inglés (anterior al siglo XI, invasión franco-normanda, Batalla de Hastings 1066)

Según se es sabido, Tolkien ya había estudiado el anglosajón en profundidad a los 13 años, y le gustaba especialmente por encima de su inglés natal. [Dice en alguna carta a su hijo Christopher Tolkien que la única lengua que debería usar es el noble anglosajón, pues ni el inglés moderno le satisface].

Descubrió dicha lengua en su lectura de Beowulf, que continuo con la lectura en inglés medio de Sir Gawain y el Caballero Verde.

Pues a pesar de tener ascendencia alemana por parte paterna, se consideraba muy inglés y decía que por parte de madre descendían directamente de aquellos hablantes de antiguo inglés de Mersia, el dialecto mércico del anglosajón, que adoraba y precisamente es bastante peculiar respecto a otros dialectos en ciertos cambios fonéticos (fractura, Umlaut por u).

Durante su vida, ya siendo filólogo inglés, amplió el conocimiento de esta lengua que llegó a dominar por completo y dar clases de ella, y frecuentemente escribía textos en ella, así como poemas o frases en cartas a sus hijos.

Algunas citas:

A Christopher Tolkien, 24 de noviembre de 1944

“Me animó no poco ver un poco de anglosajón, y espero en verdad que puedas regresar pronto y perfeccionar el estudio de ese noble idioma. Como el padre le dijo a su hijo: Is un fela folca þætte fyrngewrita healdan wille, ac him hyge brosnað. “Hay ahora una multitud de gente que quiere apoderarse de los viejos documentos, pero su juicio declina. Tengo que enseñar Inglés Antiguo o hablar de él a tantos jóvenes que sencillamente no tienen el talento o el carácter para captarlo o beneficiarse con él.

A Michael Tolkien, 1 de noviembre de 1963

“Me interesa lo que dices de Michael George [su nieto]  y el anglosajón. Espero nuevas noticias.  No entiendo (por supuesto) por qué el anglosajón haya de parecer difícil: no para gente capaz de aprender otras lenguas (aparte de la propia). Por cierto, no es más difícil que el alemán y mucho más simple que el francés moderno, por ejemplo. ¡Y en cuánto al latín y al griego!

A Houghton Mifflin Co., Junio 1955

“De hecho, soy mucho más Suffield [que Tolkien], y es a mi madre, que me enseñó (hasta que obtuve una beca en la antigua Escuela Primaria de Birmingham), que debo mi gusto por la filología, especialmente de las lenguas germánicas [...] mis intereses infantiles y profesionales se centran en el anglosajón, el inglés medio y el verso aliterado (También la lengua galesa me parece especialmente atractiva).

El anglosajón también tuvo su influencia a la hora de la creación lingüística, pues al parecer la lengua de los elfos silvanos estaba así enfocada, a un estilo anglosajón (recordemos que las lenguas de los elfos silvanos influenciaron las lenguas de los Hombres en la Tierra Media) y puede que también sea por eso que el rohírrico o lengua de Rohan sea representada como el anglosajón en el libro (y que pronto oiremos también en la película -> comentar “spreak?); aunque esto último tiene dos connotaciones: por un lado si el Westron es inglés (pero de hecho es una lengua de estilo semítico) entonces el rohírrico, que en la Tierra Media suena como una versión arcaica del Westron, es al Westron lo que el anglosajón al inglés, y por otro lado, la Marca de Rohan, no solo es una Marca (reino fronterizo) sino el nombre del reino de Mersia en mércico (Marc, Mearc en ags.).

Islandés Antiguo o Antiguo Nórdico

Como amante de todas las lenguas germánicas, el joven Tolkien también se apasionó por el islandés antiguo, lengua de grandes epopeyas y sagas (de gran literatura comparada con el pequeño número de hablantes), pero eso no fue ya sino cuando ya estaba en sus estudios como filólogo inglés. Y más adelante llegó a impartir clases de antiguo nórdico incluso.

Usó el nórdico antiguo como parte de inspiración en la lengua adûnaica (aunque en su base es muy semítica) y como representación de la lengua de los Hombres del Valle y las tierras nórdicas que salen en el Hobbit, y los nombres de los enanos, que no suelen dar a conocer su verdadero nombre en khuzdul, usan la lengua de sus vecinos en sus nombres, y los nombres de los enanos en el Hobbit son en antiguo nórdico.

Carta a Naomi Mitchison, 18 de diciembre de 1949

“Conozco el islandés bastante bien (como es mi deber)

En la Carta para la solicitud de la Cátedra de Inglés Antiguo menciona que se graduó en Inglés y que se dedicó especialmente a la asignatura de Islandés Antiguo.

Latín

Tolkien se graduó de Moderaciones Clásicas en Oxford, y por tanto debía dominar el latín a la perfección, pero ya de antes, Tolkien estudió el latín en la King Edward’s School, ampliamente por lo que se puede deducir de sus comentarios. Su gusto por el latín tuvo que estar a la par del español, y sitúa a ambas en el centro de su estética lingüística. Las influencias del latín en sus lenguas son tempranas y tras un periodo altamente finés vuelven a resurgir en su madurez. No es por nada que siempre llamó a su Q(u)enya Latín Élfico, pues la comparaba con tan elevada lengua, y es que no solo compartían el prestigio ambas, sino también múltiples características de fonética, sintaxis y morfología, aunque esto se nota ya en el Naffarin. Tanto quiso comparar el Quenya con el latín que para dar el aspecto latino al quenya le llegó a usar la ortografía clásica latina, que es la que encontramos en el Señor de los Anillos, es decir, usar la c con el valor siempre de <k>, y la qu con el valor de <kw>.

Francés

Sabemos que su madre le enseñó a leer y escribir y también a hablar francés (y también algo de latín) (con 4 años), pero es conocido que la lengua no le agradaba precisamente. Las R uvulares y otros sonidos le desagradaban y los usó para la Lengua Negra y el Órquico.

Carta a Deborah Webster, 25 de octubre de 1958

“Por ejemplo, me disgusta el francés y prefiero el español al italiano.

Galés

Para Tolkien si había una lengua totalmente de su aprecio y a la que más amaba esa era el galés sin duda alguna, como ha quedado constatado por escrito muchas veces, en múltiples ensayos, cartas y entrevistas. No pudo aprender galés hasta ya teniendo una cierta edad (joven), pero desde muy pequeño se interesó por esa lengua, pues desde la ventana de su casa podía ver el tren que de Galés llevaba carbón, con palabras galesas escritas en él. Por otro lado luego justificó también esta afición por la lengua galesa al tratarse de la única lengua celta británica, y vamos, la autentica lengua británica (antiguo britano o cymrico). Desde el principio basó su lengua de los Gnomos, que acabó por ser el Sindarin, en ese estilo de lenguas britano-celtas, como el galés (celtas p) con leniciones incluso.

Pero Tolkien sabía que era una cuestión de gusto personal, que no compartía con muchos de sus compatriotas (veía el desprecio de los ingleses hacia la lengua galesa, y su total desinterés, es por ello que apenas habló del sindarin en los Apéndices del Señor de los Anillos).

Griego Clásico

Se especializó en filología griega en Moderaciones Clásicas, aunque también lo estudió en la King Edward’s School. No sabemos mucho sobre su apreciación personal sobre el griego clásico, pero hemos de suponer que era de su agrado y que estaba en más o menos su estilo estético de lenguas, aunque como él dijo una vez, sus lenguas eran “menos vocálicas que el griego, porque en el griego puede llegar a haber hasta 4 vocales seguidas sin ningún problema de pronunciación.

Finés

Descubrió el Kalevala antes de 1914 (22 años), y se lo leyó en finés. Aprendió la lengua de algunos libros que encontraba en la biblioteca, y no creo que deba caber duda acerca de la pasión que adquirió con respecto a este idioma, que pasó a ser, junto con el galés, su lengua predilecta, y que inundó sus creaciones lingüísticas. Prácticamente en quenya la influencia del finés es tan patente que podemos encontrar construcciones casi clavadas y marcas aglutinativas casi idénticas. El finés se trata de una lengua europea de familia no indoeuropea, a diferencia del resto de lenguas que he tratado, pertenece a la familia de lenguas ugro-finesas (junto con el húngaro) que a su vez es una subfamilia de las lenguas urálicas. Por la forma de sus palabras es bastante similar al latín, pero con ciertos toques nórdicos (vocales) y posee amplia flexión nominal, con varios casos aglutinativos.

Carta a W. H. Auden (periodista) 7 de junio del 1955

Asistí a la King Edward’s School y me pasé allí la mayor parte del tiempo aprendiendo latín y griego; pero también aprendí inglés [..] los principales contactos con la poesía se produjeron cuando fue preciso traducirla al latín. [...] Aprendí anglosajón en la escuela (también gótico, pero ése fue un accidente del todo desconectado del currículum, aunque decisivo; descubrí en él no sólo la filología histórica moderna, atrayente desde el punto de vista histórico y científico, sino, por primera vez, el estudio de una lengua por mero amor: quiero decir, por el intenso placer estético derivado de una lengua por sí misma, no sólo despojada de su utilidad sino del hecho de ser el vehículo de una literatura).

“Hay dos o tres hebras. La fascinación que tenían para mí los nombres galeses, aun cuando los viera sólo en camiones cargados de carbón, incluso desde pequeño es una de ellas; sin embargo, cuando pedía información, la gente sólo me daba libros incomprensibles para un niño. No aprendí nada de galés hasta que fui un estudiante ya mayor, y encontré en él un constante deleite, tanto lingüístico como estético. El español es otra: mi tutor era en parte español, y yo, a comienzos de mi adolescencia, cogía sus libros e intentaba aprender esa única lengua romance que me procura el placer particular del que hablo: no es exactamente lo mismo que la mera percepción de la belleza; siento la belleza, por ejemplo, del italiano o, por lo demás, del inglés moderno (que está muy lejos de mi gusto personal); se parece más bien al apetito que se siente por un alimento necesario. Después del gótico, lo más importante fue el descubrimiento en la biblioteca del Exeter College de una gramática finlandesa. Fue como el descubrimiento de una entera bodega llena del vino más asombroso, de una especie y un sabor nunca degustados antes. Me intoxicó por completo; y abandoné el intento de inventar una lengua germánica “no registrada, y mi “propia lengua o series de lenguas inventadas se volvió densamente finlandesa, tanto en su estructura como en su fonética. Eso, por supuesto, hace mucho que ha pasado. El gusto lingüístico cambia como todo lo demás con el avance del tiempo, u oscila entre polos. El centro lo ocupan ahora el latín y el tipo británico de celta, con el anglosajón en las cercanías, y algo más alejado el antiguo noruego junto con el vecino, aunque no emparentado, finlandés. ¡No podría decirse romano-británico? Con una fuerte y más reciente infusión de Escandinavia y el Báltico. Bien, me atrevería a decir que semejantes gustos lingüísticos, con la debida concesión a la pátina escolar, constituyen una prueba tan buena o aún mejor de los propios ancestros que los grupos sanguíneos.

 

3. Lenguas Construidas

Animálico (1905)

Poco hay que decir sobre este primer contacto de Tolkien con las lenguas artificiales privadas. En 1904, debido a una súbita enfermedad de su madre se trasladaron de nuevo al campo, donde conocieron al padre Francis Morgan, quien se encargaría de su educación al morir su madre ese mismo año. Los niños entonces pasan a vivir con su tía Beatrice. Allí es donde Tolkien conoció del Animálico que sus dos primas pequeñas (Mary y Marjorie Inclendon) habían inventado para su uso personal. En realidad la lengua era un simple juego de niños que consistía en cambiar las palabras en inglés de una frase en concreto por palabras de animales (y puede que también de árboles). No se trataba más que de un mero entretenimiento seguramente para decir frases estúpidas o insultos entre ellas, pero a Tolkien le pareció curioso.
Dog nightingale woodpecker forty : "you are an ass" = “tu eres un asno
[nightingale: ruiseñor, woodpecker: pájaro carpintero]

Nevbosh

Puede que no mucho tiempo después de que ambas primas se cansaran de jugar con el animálico, este pseudo-proyecto de lengua privada común surgió entre varios niños, incluyendo a Tolkien. De las dos hermanas, hijas de Beatrice, tan solo Mary se interesó en el Nevbosh.  Su nombre significa “Nueva cosa absurda “ Nueva tontería, en el sentido de que el Animálico era la anterior tontería. Cuando Tolkien y sus amigos comenzaron con el Nevbosh, Tolkien ya había  realizado algunas creaciones lingüísticas de su invención, que no están constatadas no obstante, y tenía experiencia en el asunto, así que contribuyó al mejoramiento de esta lengua, haciéndola bastante más sofisticada, así como al vocabulario (Tolkien menciona la palabra “lint rápido, listo, que aún se mantendría hasta el quenya como “linte rápido) y a la pronunciación. Existe de hecho un poema en (o cancioncilla) en Nevbosh que Tolkien nos dispuso en el articulo The Secret Vice:

Dar fys ma vel gom co palt 'hoc
pys go iskili far maino woc?
Pro si go fys do roc de
Do cat ym maino bocte
De volt fac soc ma taimful gyróc!'

Cuya traducción es:

"There was an old man who said 'how / can I possibly carry my cow? / For if I was to ask it / to get in my pocket / it would make such a fearful row."
"Había un hombre viejo que decía ¿cómo / podría llevarme mi vaca? / Ya que si tengo que pedirle / que entre en mi bolsillo / provocaría un espantoso jaleo."

La principal fuente de la que las palabras surgían en el Nevbosh era la simple distorsión y modificación de palabras en inglés, y en algunas otras lenguas (se ve ya la influencia del francés, latín, español, alemán), lo cual en opinión de Tolkien no era más que un juego de niños pero indicaba ya una cierta conciencia de la fonética básica, pues así se intercambiaban sonoras por sordas (y viceversa) o fricativas por oclusivas, o cambiar distintas nasales (todos ellos sonidos que ya les comenzaban a sonar “parecido o “similar aunque no fueran conscientes de las relaciones fonéticas concretas entre ellos).
Pero Tolkien también introdujo en la lengua palabras puramente surgidas de la imaginación, sin tener su origen directo en ninguna palabra de otro idioma, y esas le interesaban más, y algunas de ellas tenemos constancia de que pervivieron a través de sus lenguas, algunas sobreviviendo hasta el Quenya maduro.
En cuanto a las referencias que podemos encontrar en esta lengua de otras ajenas al inglés, podemos verlas en “co - quién (del latín quid y el inglés who), “fac- hacer(del latín facio), “fys estaba, era, fui (latín fuit, o español fui, fue), “go yo (latín, griego ego), “gom hombre (latín homos, a.i. guma), “pal decir (del francés parler), “pro para (del latín), “pys puedo (del francés puis), “si (del latín, español, francés), “taim miedo (del latín timeo), “vel viejo (del francés vieil).

Naffarin

Esta lengua resulta un paso adelante muy importante en la creación lingüística tolkieniana, a pesar de que toda la información que disponemos de ella es una sola frase cuyo significado desconocemos. Por primera vez sabemos de una lengua que Tolkien realizó él solo en privado, y  que no compartió con sus amigos, probablemente porque pensaba que no les interesaría. El Nevbosh más tardío y el Naffarin comparten varias características, la diferencia es que en esta última lengua las palabras no surgen por distorsión de otras de lenguas naturales, sino por inspiración propia, asociando conscientemente sonido y significado. Y si el Naffarin y el Nevbosh tienen bastante en común, también de hecho lo tiene el Qenya con el Naffarin, pues comienza ya a parecerse bastante a las lenguas élficas posteriores, especialmente a las de la rama del Qenya, cuya base era más latina que otra cosa. El Naffarin está gran parte inspirado por el español y el latín, y evitando ciertos sonidos del inglés (como th, w o sh). Aunque Tolkien desechó esta lengua no mucho tiempo después de su creación, sabemos que ciertas de sus características son ya comunes a otras lenguas, como rin, o la palabra vru (siempre, ever) que Tolkien admite decir que es una de sus asociaciones de sonido con significado de la cual no ha podido deshacerse nunca, y que en Quenya es voro (siempre, continuadamente, ever) [Aunque también tiene los mismo sonidos que el inglés “ever].
Para Tolkien esta lengua llegó a carecer de sentido al tratarse de una lengua sola, en sí, sin un mundo, ni una mitología o cultura que la acompañe, pero así dio paso a las lenguas élficas.

NeoGothic

Sobre esta lengua no tenemos ninguna constancia, y no hay la certeza de cuándo exactamente estuvo Tolkien creándola, pero sí sabemos tres cosas:

Tolkien la comenzó a crear cuando se apasionó por el gótico, y la consideró como una lengua germánica propia, una especie de reescritura del gótico. Debió de ser más o menos contemporánea al Naffarin. La abandonó cuando descubrió la lengua finesa (es muy probable que también en ese momento abandonara el Naffarin, una lengua de influencia latina, para ponerse en la creación del Qenya temprano, mezcla de ambas influencias, latina y finesa)

Qenya (1915-40)

Historia Externa

En una carta a Edith Bratt fechada en  2 de marzo de 1916 hace la siguiente referencia:
“He estado haciendo algunos retoques a mi disparatada lengua de las hadas para su mejoramiento. A menudo anhelo trabajar en ella y no me permito hacerlo, pues aunque me gusta tanto ¡parece una afición tan enloquecida!
Se trata de la primera referencia que tenemos a la creación seria de lenguas por Tolkien, a su “lengua de las hadas que acabaría convirtiéndose en el Quenya. A parte de esto, poseemos el Léxico Qenya, escrito en una libreta entre 1915 y 1917 (publicado conjuntamente con el Léxico Gnómico en el Libro de los Cuentos Perdidos) también llamado Qenyaqetsa, y en la cual se incluyen entre 2500 y 3300 palabras, lo cual es mucho más vocabulario del que disponemos del Quenya maduro, post- Señor de los Anillos. Este documento estaba en principio ordenado por raíces (vemos que ya desde hace tiempo usaba el concepto de lengua en movimiento y daba a su lengua una supuesta protolengua de la que se originaba). En la libreta que usó para el LQ (Léxico Qenya) apuntó también el número 23 (leminkainen, también el nombre de un personaje del Kalevala, lo que indica que ya con esa edad había aprendido finés, porque lo leyó en V.O.) porque en aquella época debía de tener esa edad (antes de 1915)

Man kiluva lómi sangane,
telume lungane
tollalinta ruste,
vea qalume,
mandu yáme,
aira móre ala tinwi
lante no lanta-mindon?

"Who shall see the clouds gather, the heavens bending upon crumbling hills, the sea heaving, the abyss yawning, the old darkness beyond the stars falling upon fallen towers?"

"¿Quién verá las nubes reunirse, los cielos doblándose sobre cerros desmenuzándose, la mar solevándose, el abismo bostezando, la vieja oscuridad más allá de las estrellas cayendo sobre torres caídas?"
Esto fue escrito en 1931. Mucho más tarde, probablemente en los años sesenta o aún los años (necesariamente) tempranos de los setenta, Tolkien re-escribió este poema. Literalmente lo tradujo del "qenya" temprano al "quenya" maduro, el quenya en el cual el idioma se había convertido en treinta años de revisiones. Ahora estas líneas van así, aunque con idéntico significado:

Man cenuva lumbor ahosta
Menel acóna
ruxal' ambonnar,
ëar amortala,
undume hácala,
enwina lóme elenillor pella
talta-taltala atalantië mindonnar?

No obstante hasta 1940 no se puede hablar de Quenya, y Tolkien de hecho uso la ortografía con q- hasta esa época (esta q para representar una labiovelar sorda Tolkien la pudo tomar del gótico, con el mismo valor, ejemplo: riqizis “oscuridad).

El Élfico Primitivo en el que se basó para soportar las palabras del Qenya y del Gnómico era bastante distinto al de las Etimologías y ambos distintos al último Élfico Primitivo. Este Élfico Primitivo o Proto-Élfico del Qenya se basaba mucho en el Proto-Indoeuropeo, que Tolkien habría estudiado como filólogo inglés, y poseía por ejemplo las sonantes N, R y L típicas del Proto-Indoeuropeo (se mantuvieron en sánscrito).

A continuación comentaré la historia interna del mundo en el cual se desarrolla el Qenya, puesto que esta es ya una lengua completa, con cultura y hablantes, a diferencia de las lenguas artificiales con las que hasta entonces había tratado Tolkien, pero el hecho curioso es que aún le quedaba reminiscencias del mundo real, puesto que gran parte del vocabulario esta relacionado con él (cosas como nombres de lugares, nombres religiosos, e incluso onomatopeyas bélicas).

Historia Interna
En los Cuentos Perdidos se nos relata ya algunos pasajes de la historia de la Tierra Media bastante similares a los contados ya en el Silmarillion, pues esta fue su primera obra, la obra del medio (pues toda su vida continuo revisándola y rescribiéndola) y la del final, pues el Silmarillion fue su obra póstuma. En estas historias, el Qenya desciende del Élfico Primitivo que los elfos aprendieron y modificaron de la lengua de los Valar que hablaba Oromë, y estaba emparentado con la lengua Gnómica. El Qenya (la lengua de los Lindar, o el 1er Linaje del Elfos, más tarde los Vanyar) y el Gnómico llegaron a Valinor, estableciéndose allí el Qenya, que con influencias de la lengua de los Valar se convirtió en el Latín Élfico.

Gramática
En lo que respecta a fonética, las vocales son las 5 latinas, y los sonidos consonánticos también similares a los del latín o español. Se permiten más clústers o agrupaciones de consonantes que en Quenya (como kt- en quenya ht-, rakta, ektele, y otros), y por ejemplo permite k (auk) al final de la palabra, en Quenya no (es bastante restrictivo). Posee consonantes final silábicas como la l (findl, mechón de cabello).
En su morfología es aglutinante, con amplia flexión nominal y flexión verbal, con abundante uso de afijos productivos en la creación de sustantivos y la aglutinación de raíces nominales también. Los verbos usaban cambios vocálicos en el cambio de los tiempos de presente a pasado (similar a los verbos fuertes germánicos), lo cual indica el uso en E.P. de las sonantes (milk- malke : tener, tump- tampe: construir).

Gnómico -> Noldorin (1915-30)

Historia Externa
Su creación fue contemporánea al Qenya, en un turbio periodo en el cual Tolkien se licenció en Oxford e ingresó en los fusileros de Lancashire, y estuvo en la I Guerra Mundial.
Disponemos de poco material realmente sobre esta lengua y apenas información gramatical en sus periodos más tempranos (poseemos una gramática de Noldorin ya escrita entre 1920 y 1925, pero nada de Gnómico). El primer documento en el que aparece se llama Léxico Gnómico (Gnomish Lexicon) de 1917 o Goldogrin (Noldorin en gnómico) y está ordenado como un diccionario convencional (también se le da el título de I·Lam na·Ngoldathon (la lengua de los gnomos)).

Tolkien usó en un principio el término “gnomo para referirse a los posteriores Noldor, pertenecientes al 2º linaje de Elfos que partieron hacia Valinor, pues pensó que la palabra “gnomo estaría relacionada con el griego gnosiV conocimiento (y sus relativos cognoscere, know y demás), pues él quería expresar con “gnomo lo mismo que con “noldo (de la raíz élfica NGOL-: conocimiento, ant. ngolodô), aunque en realidad más tarde se dio cuenta de que gnomo venía de la raíz ide. dhghem (tierra, humano dhghom).
Esta lengua es la que claramente y desde el principio estaba inspirada por el galés, pero cuyo estilo excepto algunas constantes (leniciones, líquidas aspiradas) fue variando bastante, hasta finalmente convertirse en el Sindarin
“Retruécano histórico en el LG y el LQ (se supone que la Tierra Media y la Tierra eran el mismo lugar en épocas distintas y el último fin de las tierras y las lenguas eran las actuales) SAHA “caliente da Sahóra (Sur; Sahara), NENE “fluir da nénuvar (estanque de lirios; nenuphar “ninfea), hôr viejo (en a.i.), HERE “regir (en a.i.) y rûm (secreto; a.i. rune,runa, secreto).

Historia Interna

El Gnómico es la lengua que los Gnomos exiliados llevan de vuelta a la Tierra Media. Desciende del E.P. y es lengua hermana de Qenya, ambas lenguas de Valinor.
El Noldorin posterior cambió algo su historia interna, y así la lengua hermana del Qenya era el Noldorin Antiguo, hablado en Valinor, que al entrar en contacto en la Tierra Media con las lenguas Ilkorin formó el Noldorin, y Tolkien llegó incluso a pensar en que ambas lenguas (Ilkorin y Noldorin Antiguo) se amalgamaron.

Gramática

Fonológicamente el Gnómico o Goldogrin se acerca más al Ilkorin que al Noldorin maduro, casi Sindarin. (Vocales galesas, en gnómico incluyendo y, w, Tinwfiel). Amplio el campo de las metafonías vocálicas, las palabras eran más cortas que en Qenya. Sonidos consonánticos más fricativos, de origen aspirados.

No es una lengua tan aglutinativa como el Qenya, de hecho es mucho más analítica, abundan el uso de las preposiciones en lugar de los casos, en su mayoría perdidos.

Flexión verbal amplia y compleja. Los plurales de los sustantivos se suelen realizar mediante inflexión de palabra cambiado o -> y, etc.
Una característica peculiar que solo se da en las lenguas celtas, en el galés, es la lenición: se trata de unos fenómenos de cambio de sonidos que se da ante ciertos sonidos o ciertas partículas o funciones gramaticales. (poner ejemplos, con prep., art., etc.)

Algunas frases que se citan del Gnomish Lexicon:

talin i'lossi ar gwandron nan·Idril - "the beautiful white feet of Idril".
o·gwath lemp nin - "he beckons" (lit. *"he shakes a crooked finger at me").
i·glin grandin a·Dol Erethrin Airi - *"the fair towns of Holy Tol Eressea".

Ilkorin / Doriathrin

Historia Externa

Voy a hablar conjuntamente de ambas lenguas, a pesar de que el Ilkorin concretamente tiene más historia. La primera mención del Ilkorin se lleva a cabo en el Léxico Gnómico, en el cual mencionan Aryador como una palabra Ilkorin significando “tierra de sombras y también indican que Ilkorin es la lengua de todos aquellos elfos que no son de Kôr (un lugar en el centro de Valinor). Del doriathrin no tenemos noticia hasta 1930, en Las Etimologías.

Historia Interna

Ambas lenguas son de Beleriand, y nunca salieron de la Tierra Media. En un principio Ilkorin era extensivo a todas las hablas élficas que permanecieron fuera de Valinor, pero más tarde fue considerado como un nombre general para denominar la lengua de Beleriand, constando esta de dos dialectos: Falathrin (el hablado por los elfos de las Falas) y el Doriathrin (la lengua del reino del rey Thingol de Doriath). En la concepción de Las Etimologías, el Ilkorin estaba emparentado con el Telerin de Aman.
Posteriormente el doriathrin sobrevivió una época como dialecto arcaico del sindarin, pues por ejemplo se decía de Turin (que fue educado en Doriath) que su manera de hablar era comparable a la que un hombre hablaría inglés en la época de la reina Isabel I, que Isabel II.

Gramática

Es de destacar que tanto el ilkorin como el doriathrin poseían un genitivo en a (sing.), pl. ion y la formación del plural se realiza mediante el sufijo in (como en gnómico), y la inflexión no es tan habitual (-in causa metafonía de a en e en ilkorin).
En Ilkorin hay constancia además de las formas de 3ª persona singular del presente de los verbos (en a) y del participio (en en).

Solosimpe

Aparece mencionado por primera vez en el LQ (1915) como la lengua de los elfos del mar. Se da como único ejemplo felpa “alga, correspondiente al Qenya filqe, y ya desde entonces se marca que la lengua de los elfos del mar tiene el cambio kw -> p (así como en qenya, kw -> q), cambio que se hace extensible a toda la familia de lenguas Telerin en la concepción final. Tolkien menciona que tenía algunas metafonías vocálicas.
Comparación con la división de lenguas celtas en q y p. También diferencia entre galo y latín, y dentro de la familia itálica.

Taliska

Una gramática bastante completa de esta lengua existe pero aún no está publicada, era una lengua influenciada por el nandorin y antecesor del adûnaico.

Por aquel entonces Tolkien concibió esta lengua como la hablada por los hombres de la casa de Bëor, habitantes de Beleriand, lengua generalmente sustituida por el Qenya o el Noldorin. Su estilo externo era germanizante, probablemente reutilizó el material de su NeoGothic. La concepción semítica de las lenguas de los hombres es posterior.

Las Etapas

Etapas: Cuentos Perdidos (1915) - >Revisión Cuentos Perdidos (1930) -> La revisión Quenta Noldorinwa -> Silmarillion (1970)

4.      Textos

Naffarínos cutá vu navru cangor luttos ca vúna tiéranar, dana maga tíer ce vru encá vún' farta once ya merúta vúna maxt' amámen

Fíriel's Song

Ésta es una larga canción Quenya (casi 90 palabras) encontrada en LR:72 (también hay algunos fragmentos en LR:63). Fue escrita alrededor de 1940. Tolkien no le puso título, pero en la narrativa para la que escribió la canción, ésta es cantada por una mujer llamada Fíriel. De ahí que sea conocida como La canción de Fíriel. El lenguaje de esta canción, es lo que yo llamaría Quenya casi maduro o Quenya tardío. No es el mismo tipo de Quenya que conocemos por ESDLA y fuentes posteriores. Tolkien había recorrido un largo camino desde la forma primitiva, mostrada en el Quenya Lexicon 25 años antes, en 1915.

 

Conferencia dada el día 11 de diciembre 2002 en la Universidad de Navarra por Fiondil

Obtenido de la lista de correo Lambenor