El poder de Melkor - Morgoth 

 

Nota del Traductor:

Los siguientes son un grupo de ensayos que aparecen en el libro The Morgoth’s Ring, de la History of the Middle-Earth, volumen 10 de la edición en inglés.
En estos ensayos, correspondientes a la parte Cinco ‘Mitos Transformados’ del mencionado libro, hacen referencia (como dice Martín Cagliani Gandalf Drûg en su texto El Anillo de Melkor) a la naturaleza misma del poder de Melkor, y el porqué de su declinación, haciendo comparaciones constantes con el caso posterior de Sauron. También se analiza el papel llevado a cabo por Manwë y los demás Valar para hacer frente al poder del Enemigo.

En rojo las palabras que fueron dejadas en el idioma original.

Ariel Sanchez – Valaraukar

Endoristyari

***

 

El Anillo de Morgoth Parte Cinco - Mitos transformados VI

Este texto, titulado Melkor con Morgoth escrito debajo, es de la misma colección que el texto III (encontrados en un periódico con fecha Abril 1959), y fue escrito en cuatro formularios de ulteriores copias de los mismos documentos del Merton College con fecha Junio 1955 como los del borrador A del Athrabeth (pp. 350-2). El formulario en el que está escrito el texto III tiene también borradores preliminares del presente ensayo sobre Melkor.

Es notable que el texto VI comience con una referencia a ‘Finrod y Andreth’, el cual por lo tanto ya existía, al menos en alguna forma.

 

Melkor Morgoth

Melkor debe ser considerado mucho más poderoso en su naturaleza original (cf. ‘Finrod y Andreth’). El poder más grande por debajo de Eru (sc. el mayor poder creado).1 (Fue concebido para hacer/idear/comenzar; Manwë (un poco menos grandioso) lo fue para mejorar, realizar, completar.)

            Después, no puede ser controlado o ‘encadenado’ ni por todos los Valar en combinación. Nótese que en la edad temprana de Arda él solo fue capaz de expulsar a los Valar de la Tierra Media.

            La guerra contra Utumno sólo fue emprendida por los Valar con desgana, y sin esperanza de una victoria auténtica, más bien como una acción de encubrimiento o desviación, que les permitiera alejar a los Quendi de su esfera de influencia. Pero Melkor ya había avanzado de alguna forma hacia la conversión en ‘el Morgoth, un tirano (o tiranía y voluntad central), + sus agentes’.2 Sólo la suma contenía el antiguo poder del Melkor completo; de manera que si ‘el Morgoth’ podía ser alcanzado o temporalmente separado de sus agentes estaba mucho más cerca de ser controlado y en un nivel de poder comparable al de los Valar. Los Valar descubren poco a poco que pueden enfrentarse a sus agentes (sc. ejércitos, Balrogs, etc.). De manera que al fin llegan a la misma Utumno y descubren que ‘el Morgoth’ por el momento no tiene más la suficiente ‘fuerza’ (en algún sentido) para protegerse a sí mismo de un contacto personal directo. Manwë al fin enfrenta a Melkor nuevamente, como no lo había hecho desde que entró en Arda. Ambos quedan sorprendidos: Manwë al percibir el decrecimiento de Melkor como persona, Melkor al percibir esto también desde su propio punto de vista: Tiene ahora menos fuerza personal que Manwë, y no puede para nada intimidarlo con su mirada.

            Quizá Manwë se lo dice a Melkor, o éste se da cuenta de lo que ha sucedido (o ambas cosas); Está ‘dispersado’. Pero el deseo de tener criaturas bajo si, dominadas, se ha convertido en habitual y necesario para Melkor, de manera que aún si el proceso fuera reversible (posiblemente lo fuera sólo mediante una autohumillación no fingida y un arrepentimiento) no puede hacerlo.* Como con todos los otros personajes debe haber un momento cumbre cuando todo está en equilibrio: Casi se arrepiente –pero no lo hace- y se vuelve más malvado, y más necio.

Posiblemente (y Morgoth lo considera posible)  podría entonces, en ese momento, ser humillado en contra de su propia voluntad y ‘encadenado’ –antes de que sus fuerzas dispersadas se reagruparan..- Por eso –ni bien ha rechazado mentalmente el arrepentimiento- (al igual que hace Sauron posteriormente según este modelo) hace una simulación de autohumillación y arrepentimiento, por la cual realmente obtiene una especie de pervertido placer como si profanase algo sagrado –[porque la mera contemplación de la posibilidad de un genuino arrepentimiento, en caso que esto no venga especialmente como una gracia directa de Eru, fue al menos un último destello de su original y primitiva naturaleza]3. Finge remordimiento y arrepentimiento. Realmente se arrodilla ante Manwë y se somete, en primera instancia para evitar ser encadenado con Angainor, la cual una vez colocada sobre él, teme no ser capaz de quitársela nunca. Pero también súbitamente tiene la idea de penetrar la alardeada seguridad de Valinor, y arruinarla. Por eso se ofrece a convertirse en ‘el menor de los Valar’ y sirviente de cada uno de ellos, a ayudar (con asesoramiento y habilidad) a reparar todos los males y daños que ha hecho. Es esta oferta la que seduce o engaña a Manwë. Debe señalarse que Manwë tiene su propia culpa inherente (aunque no es un pecado);**  Ha pasado de estar concentrado en la reforma, curación, re-ordenamiento –incluso ‘mantenimieno del status quo’- (en parte por el miedo a Melkor, y en parte por el deseo de controlarlo) a la pérdida de todo poder creativo e incluso a la debilidad en el trato con dificultades y situaciones peligrosas. En contra del consejo de algunos de los Valar (como el de Tulkas) cede ante las súplicas de Melkor.

            Melkor es llevado de vuelta a Valinor, marchando último (excepto por Tulkas+ quien viene detrás llevando a Angainor y haciéndola resonar para que Melkor la recuerde).
            Pero en el consejo no se le da inmediata libertad a Melkor. La asamblea de los Valar no tolerará esto. Melkor es enviado a Mandos (para permanecer allí ‘recluido’ y meditar, y completar su arrepentimiento –y también sus planes para enmendarse.)4

            Entonces comienza a dudar de la cordura de su política, y lo hubiera rechazado todo para realizar una enfurecida rebelión –pero ahora se encuentra totalmente aislado de sus agentes y en territorio enemigo. No puede hacerlo. Por lo tanto se traga la píldora amarga (pero su odio se incrementa enormemente, e incluso posteriormente acusa a Manwë de ser desleal).

El resto de la historia, con la liberación de Melkor, y el permiso para concurrir al Concilio y sentarse a los pies de Manwë (con el patrón de malvados consejeros en las historias posteriores, ¿cual se podría decir que deriva de este modelo primitivo?), se puede proseguir entonces más o menos como ya se contó.

 

      En este corto ensayo se ve que en sus reflexiones sobre la naturaleza de Melkor, la enormidad de su poder primitivo y su  ‘dispersión’, mi padre se viollevado a proponer ciertas alteraciones importantes en la narrativa de las leyendas que se cuentan en el Quenta Silmarillion (pp. 161, 186) y en los Anales de Aman (pp. 75, 80, ?3). En la narrativa como quedó, y como permaneció 5 no se sugería que Melkor fingiera arrepentimiento cuando (incapaz de ‘intimidarlo con su mirada’) enfrentó a Manwë en Utumno –ya pensando en ‘la idea de penetrar la alardeada seguridad de Valinor, y arruinarla’. Por lo contrario, ‘Tulkas se erigió como el campeón de los Valar y luchó con él y lo arrojó de cara al suelo, y lo sujetó con la cadena Angainor 6 (un antiguo elemento, retrocediendo al relato ricamente ilustrativo y ‘primitivo’ en la historia de ‘El Encadenamiento de Melkor’ en El Libro de los Cuentos Perdidos I, 100-4). Además, en el presente texto sucede ahora que, derrotado en Utumno, Melkor ofrece convertirse en ‘el menor de los Valar’, y ayudarlos en la reparación de todos los males que provocó, mientras que en las narrativas hizo esto cuando se presentó ante los Valar luego de haber soportado las edades de su encarcelamiento en Mandos y demandó el perdón. De Manwë se dijo que, cuando a Melkor se le permitió andar libre por Valinor, creyó que su mal estaba sanado: porque él mismo estaba libre del mal y no podía comprenderlo’. Nunca se sugirió ninguna falla o ‘defecto inherente’ en Manwë como el descrito en este ensayo;7 aunque se ha contado que Ulmo, y Tulkas, pusieron en duda la sabiduría de tal clemencia (y este también es un elemento que nos lleva a El Libro de los Cuentos Perdidos: ‘Esa fue la condena de Manwë.....aunque Tulkas y Palúrien consideraban peligrosa tal misericordia’ (I.105)).

 


* [Nota al pie de texto] Una de las razones para su auto-debilitamiento es que ha dado a sus ‘criaturas’, Orcos, Balrogs, etc. poder de recuperación y multiplicación. De manera que ellos se congregarán nuevamente sin órdenes específicas ulteriores. Parte de su poder de creación se ha gastado en  hacer un brote malvado independiente, fuera de su control. <volver>

** (Nota al pie de texto) Cada criatura finita debe tener alguna debilidad: es decir alguna inadecuación para enfrentarse con algunas situaciones. No es pecaminoso cuando es involuntario, y cuando la criatura hace lo que considera lo mejor (incluso si no es lo que debería hacerse) – con la intención consciente de servir a Eru. <volver>

+ Tulkas representa el lado bueno de la ‘violencia’ en la guerra contra el mal. Es decir una ausencia de todo compromiso que incluso enfrentará males aparentes (como la guerra)  en vez de negociar; y no piensa que (con alguna clase de orgullo) nadie excepto Eru puede remediar esto, o reescribir la historia de Arda. <volver>


 
Notas

1 Cf. Las palabras de Finrod en el Athrabeth (p.322): ‘no hay un poder concebible más grande que el de Morgoth, excepto solamente el de Eru’. <volver>

2 La primera referencia a la idea de la ‘dispersión’ del poder original de Melkor se encuentra en los Anales de Aman §179 (p. 133): "Porque había crecido en maldad, y envió desde sí mismo el mal que concibió sobre mentiras y criaturas o perversidades, su poder pasó a ellos y fue dispersado, y se volvió cada vez más unido a la tierra, sin deseos de salir de sus oscuras fortalezas."
Cf. También Anales §128 (p.110). –La expresión ‘el Morgoth’ es utilizada varias veces por Finrod en el Athrabeth. <volver>

3 Los corchetes fueron colocados posteriormente a la escritura del pasaje. <volver>

4 ‘sus planes para enmendarse’: i.e. enmendar los males que produjo. <volver>

5 El segundo pasaje en QS, en el que se narra el perdón de Melkor (p. 186, §48), fue cambiado en la reescritura final del Capítulo 6: ver p. 273, §48. Pero aunque: el texto cambiado introdujo las ideas de que cualquier completa inversión de los males producidos por Melkor era imposible, y que era ‘en su origen el más grande de los Poderes’, la narrativa no fue alterada con respecto a los cambios concebidos en este ensayo (ver nota 7). <volver>

6 La alteración de la antigua historia del encuentro en Utumno podría haberse incluido si QS Capítulo 3 (donde se relata esto) hubiese formado parte del último reescrito que transformó el antiguo Capítulo 6; (ver nota 7). <volver>

7 En el escrito final de QS Capítulo 6 (p.273, §48) esto retuvo el evento (nota 5); y en la historia original también fue sostenido que fue en Valinor luego de su encarcelamiento, no en Utumno, que Melkor hace sus promesas de servicio y reparación. Esto podía sugerir que el presente ensayo fue escrito después del nuevo trabajo sobre el QS (casi seguramente con fecha alrededor de fines de los 1950, p.300), confirmando la idea que la fecha de los documentos en los cuales el ensayo fue escrito (1955) es engañosa (ver p.385). <volver>

 

 

 

El Anillo de Morgoth Parte Cinco - Mitos Transformados VII

Este ensayo se encuentra bajo dos formas. La primera (‘A’) es un texto manuscrito medianamente breve de cuatro páginas, titulado ‘Algunas notas sobre la “filosofía” del Silmarillion’  que tiene una rápida expresión y no tiene una clara finalización. La segunda (‘B’) es una versión enormemente expandida de doce páginas, también en manuscrito, de una expresión mucho más cuidada, que comienza con una buena escritura, pero que se interrumpe inconcluso, por cierto en la mitad de una oración. Esta se titula ‘Notas a los motivos de El Silmarillion’. La relación entre ambas es tal que no hay necesidad de dar nada del texto A, porque todo su contenido se encuentra incluído en el texto B. Desde el punto (p. 401) donde los Valar son condenados por el levantamiento de las Pélori, sin embargo los textos divergen. En B mi padre introduce una larga paliación de la conducta de los Valar, y el ensayo se interrumpe antes de que el problema de la sección final de A se aclare (ver nota 6); esto se da por lo tanto al final de B.

El texto B fue dividido y se le asignaron letras como tres capítulos diferentes, aquí numerados (i), (ii) y (iii).

 

Notas a los motivos de El Silmarillion

 

(i)

Sauron fue efectivamente “más grande” en la Segunda Edad que Morgoth al final de la Primera. ¿Por qué? Porque, si bien era bastante más pequeño por naturaleza, no había caído aún tan bajo. Con el tiempo, también malgastó su poder (de ser) en el esfuerzo de obtener control sobre los demás. Pero no estaba obligado a gastar demasiado de sí mismo. Para ganar dominio sobre Arda, Morgoth había dejado pasar la mayor parte de su ser hacia los componentes físicos de la Tierra – por consiguiente todas las cosas nacidas en la Tierra que vivían en ella y por ella, bestias o plantas o espíritus encarnados, eran propensos a ser “maculados”. Morgoth en la época de la Guerra de las Joyas se había vuelto permanentemente ‘encarnado’: por esta razón tenía miedo, y hacía la guerra casi enteramente por medio de artefactos, o de criaturas dominadas y subordinadas.

Sauron, sin embargo, heredó la ‘corrupción’ de Arda, y sólo gastó su poder (mucho más limitado) en los Anillos; porque eran las criaturas de la Tierra, y sus mentes y voluntades, las que él deseaba dominar. De esta forma Sauron fue también más sabio que Melkor-Morgoth. Sauron no era el iniciador de la discordia; y probablemente conocía más de la ‘Música’ que Melkor, cuya mente siempre había estado ocupada con sus propios planes y diseños, y prestó muy poca atención a otras cosas. La hora del poder más grande de Melkor, por lo tanto, fue en los comienzos físicos del Mundo; un vasto y demiúrgico deseo por el poder y el logro de su propia voluntad y propósito, a gran escala. Y luego, después que las cosas se volvieron más estables, Melkor estuvo más interesado en (y fue más capaz de enfrentarse con) una erupción volcánica, por ejemplo, que con (digamos) un árbol. Es por cierto probable que simplemente ignorase las menores y más delicadas producciones de Yavanna: como las pequeñas flores. *

De esta forma, como ‘Morgoth’, cuando Melkor se enfrentó a la existencia de otros habitantes de Arda, con otras voluntades e inteligencias, se puso furioso por el mero hecho de su existencia, y su única vía para tratar con ellos era la fuerza física, o el miedo a ella. Su único objetivo final era su destrucción. A los Elfos, y todavía más a los Hombres, los despreciaba debido a su ‘debilidad’: es decir su carencia de fuerza física, o poder sobre la ‘materia’; pero también era temeroso de ellos. Sabía, al menos cuando todavía era capaz de pensar racionalmente, que no podía ‘aniquilarlos’**: es decir, destruir su ser; sino sólo su forma física, y la forma encarnada se fue volviendo en su mente la única cosa que merecía consideración.*** O se volvió tan avanzado en la Mentira que se mentía aún a si mismo, y pretendía que podía destruirlos y liberar enteramente a Arda de ellos. De aquí su empeño continuo en quebrar voluntades y subordinarlas a, o absorberlas dentro de su propia voluntad y ser, antes de destruir sus cuerpos. Esto era puro nihilismo, y negación de su único objetivo final: Morgoth no habría dudado, si hubiese resultado victorioso, en destruir finalmente aún a sus propias ‘criaturas’, como los Orcos, cuando hubiesen servido a su exclusivo propósito para el que los usaba: la destrucción de los Elfos y los Hombres. La impotencia y desesperación final de Melkor radicaba en esto: que mientras los Valar (y en su grado Elfos y Hombres) pudiesen amar todavía a ‘Arda Maculada’, es decir Arda con  un ingrediente Melkor, y pudiesen todavía curar aquél o éste daño, o producir a partir del mismo malogramiento, a partir de ese estado como tal, cosas adorables y bellas, Melkor no podía hacer nada con Arda, la cual no se originó en su propia mente y fue entretejida mediante el trabajo y pensamiento de otros: aún quedando solo únicamente podría haber entrado en cólera hasta que todo fuese llevado nuevamente hacia un caos sin forma. Y aún así él habría sido derrotado, porque ésta todavía habría ‘existido’ independiente de su propio pensamiento, un mundo potencial.

         Sauron nunca había alcanzado este estado de locura nihilística. El no ponía peros a la existencia del mundo, siempre que pudiese hacer lo que quisiera con él. Todavía tenía restos de propósitos positivos, que provenían de la naturaleza bondadosa con la que se originó: su virtud había sido (y por lo tanto también la causa de su caída, y de su reincidencia) el desear el orden y la coordinación,  le disgustaba la confusión y la fricción excesiva. (Fueron la aparente voluntad y el poder de Melkor para llevar a cabo sus designios rápida y magistralmente los que originalmente atrajeron a Sauron hacia él). Sauron había sido, de hecho, bastante parecido a Saruman, y por esto fue que lo comprendió rápidamente y pudo suponer lo que probablemente pensaría y haría, aún sin la ayuda de la palantiri o de sus espías; mientras que Gandalf lo evadía y lo desconcertaba.

Pero como todas las mentes de su clase, el amor de Sauron (originalmente) o  mera comprensión (posteriormente) de otras inteligencias individuales era relativamente débil; y si bien el único bien real en, o motivo racional para, todo este ordenamiento, planificación y organización era el bienestar de los habitantes de Arda (aún admitiendo el derecho de Sauron para ser su señor supremo), sus ‘planes’, la idea que llegaba de su propia mente aislada, se convirtó en el único objetivo de su voluntad,  y un final, el Final, en sí mismo. +

Morgoth no tenía un ‘plan’: a no ser que  la destrucción y reducción a la nada de un mundo en el cual él solo era una porción pueda ser llamada un ‘plan’. Pero esto es, por supuesto, una simplificación de la situación. Sauron no había servido a Morgoth, aún en sus últimas etapas, sin volverse infectado por sus deseos de destrucción, y su odio hacia Dios (el cual debe terminar en nihilismo). Sauron no podía ser, por supuesto, un ‘sincero’ ateo. Aunque era uno de los espíritus menores creados antes que el mundo, él, en su medida, conoció a Eru. Probablemente se ilusionó con la idea  de que ante el fracaso de los Valar (Melkor incluído), Eru simplemente habría abandonado Eä, o en todo caso Arda, y no se preocuparía de ella nunca más. Parecería que interpretó el ‘cambio del mundo’ en la Caída de Númenor, cuando Aman fue retirada del mundo físico, en este sentido: los Valar (y Elfos) fueron despojados del control efectivo, y los Hombres quedaron bajo la maldición y furia de Dios. En cuanto a los Istari, especialmente Saruman y Gandalf, los imaginó como emisarios de los Valar, buscando establecer nuevamente su poder perdido y ‘colonizar’ la Tierra Media, como un mero esfuerzo de imperialistas vencidos (sin conocimiento o aval de Eru). Su cinismo, que (sinceramente) consideraba los motivos de Manwë como semejantes a los  suyos, parecían completamente justificados en Saruman. A Gandalf no lo comprendía. Pero ciertamente ya se había vuelto lo suficientemente malvado, y por consiguiente estúpido,  para imaginar que su comportamiento diferente se debía simplemente a una inteligencia débil y falta de un propósito avezado y firme. Era un poco más astuto que Radagast –más astuto, porque era más provechoso (más productivo en poder) verse absorbido en el estudio de las personas que de los animales.

         Sauron no era un ateo 'convencido', pero predicaba el ateísmo, porque esto debilitaba la resistencia hacia él mismo (y había dejado de ser temeroso de Dios en Arda), como se vió en el caso de Ar-Pharazôn.  Pero se notaba el efecto de Melkor sobre Sauron: Hablaba de Melkor en los propios términos de Melkor: como un dios, o incluso como Dios. Esto podría haber sido un residuo de un estado, que era en cierto sentido la sombra del bien: la antigua capacidad de Sauron para admirar o admitir al menos la superioridad de otro ser distinto de si mismo. Melkor, y aún más Sauron posteriormente, se beneficiaron de esta oscurecida sombra del bien y los servicios de ‘adoradores’. Pero podría ser dudoso si tal sombra del bien era todavía operativa en Sauron en estos tiempos. Su astuto motivo probablemente se exprese mejor de esta forma: para alejar a un creyente de su fidelidad lo mejor es ofrecerle otro objeto desconocido de fidelidad y otra esperanza de beneficios; ofrecerle un Señor que aprobará lo que desea y no lo prohibirá. Sauron, aparentemente un rival vencido por el poder del mundo, ahora un mero huésped, apenas puede ofrecerse él mismo; pero como el primer sirviente y discípulo de Melkor, la adoración de Melkor lo elevará de huésped a alto sacerdote. El verdadero motivo de Sauron era la destrucción de los Númenóreanos, Era un asunto particular de venganza sobre Ar-Pharazôn, por haberlo humillado. Sauron (a diferencia de Morgoth) habría estado contento con la existencia de los Númenóreanos, como sus propios súbditos, y por cierto utilizó a muchos de ellos a quienes corrompió para que le fueran leales.

 


* (Nota al pie del texto) Si tales cosas llamaban su atención, se enojaba y las odiaba, por venir de otras mentes que no fueran la suya. <volver>

** (nota entre paréntesis insertada en el texto) Melkor no podía, por supuesto, ‘aniquilar’ nada material, sólo podía arruinar o destruir o corromper las formas dadas a la materia por otras mentes en sus actividades subcreativas. <volver>

*** (nota al pie sin indicación de referencia en el texto) Por esta razón él mismo pasó a temer a la ‘muerte’ –la destrucción de la forma corpórea asumida- sobre cualquier cosa,  y buscó evitar cualquier clase de daño a su propia forma. <volver>

+ (Nota al pie de texto) Pero su capacidad de corromper otras mentes, e incluso utilizar sus servicios, era un residuo del hecho que en su original deseo por el ‘orden’ había en realidad concebido el buen estado (especialmente bienestar físico) de sus ‘súbditos’. <volver>


 

(ii)

Nadie, ni siquiera uno de los Valar, puede leer la mente de otros ‘seres semejantes’:++ es decir uno no puede ‘verlos’ o comprenderlos completa y directamente mediante una simple inspección. Uno puede deducir bastante acerca de sus pensamientos, a partir de comparaciones generales que conducen a conclusiones relacionadas con la naturaleza y tendencia de las mentes y los pensamientos, y a partir del conocimiento particular de los individuos, y circunstancias especiales. Pero esto ya no es la lectura o inspección de otra mente sino que es una deducción acerca de los contenidos de una habitación cerrada, o de eventos que tienen lugar más allá de la vista. Ningún proceso llamado ‘transferencia de pensamiento’ es una lectura de la mente: dicho proceso no es sino la recepción, y la interpretación por parte de la mente receptora, del impacto de un pensamiento, o patrón de pensamiento, emanado por otra mente, la cual no es más que la mente en plenitud o en sí misma, es decir, como una visión distante de un hombre corriendo tras sí mismo. Las mentes pueden exhibirse o revelarse a otras mentes por medio de sus propias voluntades (aunque es dudoso que, incluso si lo desea, una mente pueda revelarse en su totalidad a otra). Es entonces una tentación para mentes de gran poder gobernar o doblegar la voluntad de otras mentes débiles, e inducirlas o forzarlas a revelarse. Pero forzar tal revelación, o inducirla por medio de la mentira o el engaño, incluso para supuestos ‘buenos’ propósitos (incluyendo lo ‘bueno’ de la persona así persuadida o dominada), está absolutamente prohibido. Hacer tal cosa es un crimen, y lo ‘bueno’ del propósito de aquellos que cometen este crimen rápidamente se convierte en corrupto.

         Debido a esto, Melkor pudo ir adelante en sus propósitos a espaldas de Manwë: efectivamente lo más privado de todas las mentes, grandes y pequeñas, estaba escondido para Manwë. Y con respecto al Enemigo, Melkor, en particular, no podía penetrar por medio de vista mental a distancia en sus pensamientos y propósitos, dado que Melkor permanecía en una firme y poderosa voluntad de contener su mente: la cual expresada físicamente tomó forma en la oscuridad y sombras que lo rodeaban. Pero Manwë pudo por supuesto utilizar, y utilizó, su gran conocimiento y su vasta experiencia sobre las cosas y personas, su memoria de la  ‘Música’, y su visión distante, y las noticias de sus mensajeros.

Manwë, al igual que Melkor, casi nunca es visto o escuchado fuera o alejado de sus estancias y residencia permanente. ¿Por qué? Por una razón no muy profunda. El Gobierno está siempre en el Salón Blanco. El Rey Arturo está habitualmente en Camelot o Caerleon y las noticias y aventuras llegan allí y se originan allí. El ‘Rey Mayor’ obviamente no va a ser vencido o destruido, al menos no antes de algún ‘Ragnarok’1 final –que aún para nosotros todavía está en el futuro, por eso Manwë no tiene ‘aventuras’ reales. Pero si te mantienes en casa, la cuestión de cualquier evento particular (que no origine el ‘jaque mate’ final) puede permanecer en un suspenso literario. Incluso hasta en la guerra final contra Morgoth es Fionwë, hijo de Manwë ( quien lidera el poder de los Valar. Cuando movamos a Manwë de su morada sucederá la última batalla, y el final del Mundo (o de ‘Arda Maculada’) como dirían los Eldar.

[La permanencia ‘en casa’ de Morgoth tiene, como se describe arriba, una razón diferente: su temor a ser asesinado o incluso herido (el motivo literario no está presente, porque desde el momento en que está enfrentado con el Rey Mayor, la cuestión de cualquiera de sus empresas está siempre en duda).]

Melkor se ‘encarnó’ a sí mismo (como Morgoth) permanentemente. Hizo esto para controlar el hroa2 , la ‘carne’ o materia física de Arda. Intentó identificarse con ella. Un procedimiento más vasto y peligroso, si bien de una clase similar, a las operaciones de Sauron con los Anillos. De este modo, fuera del Reino Bendecido, toda la ‘materia’ era propensa a tener un ‘ingrediente Melkor’,3 y aquellos que tuviesen cuerpos, sustentados por el  hroa de Arda, tenían una cierta tendencia, -grande o pequeña-, hacia Melkor: ninguno de ellos en su forma encarnada estaba totalmente libre de él, y sus cuerpos ejercían un efecto sobre sus espíritus.

 

         Pero de este modo Morgoth perdió (o intercambió, o transmutó) la mayor parte de sus poderes ‘angélicos’, de mente y espíritu, mientras adquiría un terrible control sobre el mundo físico. Por esta razón tuvo que ser combatido, ante todo por la fuerza física, y cualquier combate directo contra él traería como consecuencia (se ganase o perdiese) una enorme ruina material. Ésta es la principal explicación de la constante renuencia de los Valar a entrar en combate abierto con Morgoth. La tarea y el problema de Manwë eran mucho más difíciles que los de Gandalf. El poder de Sauron, relativamente más pequeño, estaba concentrado; el inmenso poder de Morgoth estaba diseminado. La totalidad de la ‘Tierra Media’ era el Anillo de Morgoth, si bien temporalmente su atención estaba dirigida hacia el Noroeste. A menos que fuera un éxito inmediato, la Guerra contra él podría bien terminar en la reducción de la Tierra Media a un caos, incluso todo Arda. Es fácil decir: ‘Era la tarea y función del Rey Mayor gobernar Arda y hacer posible que los Hijos de Eru vivieran en ella sin ser molestados’. Pero el dilema de los Valar era este: Arda podía ser liberada sólo por medio de un combate físico; pero el probable resultado de tal batalla sería la irrecuperable ruina de Arda. Por otra parte, la erradicación final de Sauron (como un poder conductor del mal) se podría alcanzar mediante la destrucción del Anillo. No era posible tal erradicación de Morgoth, ya que esto requeriría la completa desintegración de la ‘materia’ de Arda. El poder de Sauron no estaba (por ejemplo) en el oro como tal, sino en una figura o forma hecha en una porción concreta, determinada del oro total. El poder de Morgoth estaba diseminado completamente a través de todo el  Oro, aunque en ningún lugar era absoluto  (porque él no creó el Oro), en ningún lugar estaba ausente. (Fue este elemento-Morgoth en la materia, de hecho, el que sirvió como prerrequisito para esa “magia” y otras maldades, como las que Sauron practicó con y sobre ella.)

Era muy probable, por supuesto, que ciertos ‘elementos’ o condiciones de la materia hubieran atraído la atención especial de Morgoth (principalmente, al menos en el pasado remoto, a razón de sus propios planes). Por ejemplo, todo el oro (en la Tierra Media) parece haber tenido una especial tendencia al ‘mal’ –pero no la plata-. Al agua se la representa casi enteramente libre de Morgoth. (Esto, por supuesto, no significa que algún mar, corriente, río, manantial o aún un recipiente de agua particular no pudiese ser envenenado o contaminado –como podían serlo todas las cosas-).


++ (nota marginal) Todas las mentes / espíritus  racionales que derivan directamente de Eru son ‘iguales’ –en orden y estatus – aunque no necesariamente de similar poder original. <volver>


(iii)

Los Valar se ‘desvanecían’ y se volvían más impotentes, de manera directamente proporcional a como la forma y constitución de las cosas se volvían más definidas y establecidas. A más lejano Pasado, más cercano y definido el futuro, y menos espacio para cambios importantes (acción ilimitada, sobre un plano físico,  que no tiene un propósito destructivo). El Pasado, una vez ‘cumplido’, se ha vuelto parte de la ‘Música en existencia’. Sólo Eru puede alterar la ‘Música’. El último esfuerzo principal, de su clase demiúrgica, realizado por los Valar fue el levantamiento de la cadena montañosa de las Pelori hasta una gran altura. Es posible ver esto como, si no una acción realmente mala, al menos como un error. Ulmo lo desaprobó.4 Esto tuvo un buen, y legítimo objetivo: la preservación incorrupta de al menos una parte de Arda. Pero parecía haber un motivo egoísta y desidioso (o desesperado) también; porque el esfuerzo para preservar a los Elfos incorruptos ha probado ser fallido si ellos iban a ser dejados en libertad: muchos habían rehusado ir al Reino Bendecido, muchos se habían rebelado y lo abandonaron. Mientras que, en cuanto a los Hombres, Manwë y todos los Valar sabían muy bien que ellos no podían llegar a Aman de ningún modo; y la longevidad (co-extensiva con la vida de Arda) de los Valar y Eldar estaba expresamente prohibida a los Hombres. Entonces el ‘Ocultamiento de Valinor’ llegó para contrarrestar la posesividad de Morgoth con una posesividad contraria, estableciendo un dominio privado de luz y bienaventuranza contra uno de oscuridad y dominación: un palacio y un jardín de placer5 (bien-cercada) contra una fortaleza y un calabozo.6

         Esta apariencia de egoísta desidia de los Valar en la mitología narrada es (si bien no lo he explicado o comentado) creo solo una ‘apariencia’, que aceptamos como la verdad, ya que todos estamos afectados en algún grado por la sombra y las mentiras del Enemigo, el Calumniador. Debe recordarse que la ‘mitología’ se representa como algo en dos etapas extraídas de registros verdaderos: está basada primero sobre los registros y tradiciones Elficas sobre los Valar y sus propios tratos con ellos; y aquellos nos han llegado (fragmentariamente) sólo a través de antiguas tradiciones Númenóreanas (humanas), derivadas de los Eldar, en sus primeras partes, aunque durante los últimos tiempos suplidas por historias y cuentos antropocéntricos.7 Estos, en verdad, llegaron a través de los ‘Fieles’ y sus descendientes en la Tierra Media, pero no pudieron escapar del todo al oscurecimiento de la situación debido a la hostilidad de los Númenóreanos rebeldes hacia los Valar.

Aún así, y sobre las bases de las historias tal como se recibieron, es posible ver el problema de otra forma. El cierre de Valinor contra los Noldor rebeldes (quienes se fueron voluntariamente y luego de ser advertidos) fue de por sí justo. Pero, si nos atrevemos a intentar ingresar a la mente del Rey Mayor, atribuyendo motivos y descubriendo defectos, hay cosas para recordar antes de emitir un juicio. Manwë era el espíritu con mayor sabiduría y prudencia en Arda. Se lo representa como el que ha tenido mayor conocimiento de la Música, como un todo, poseída por una única mente finita; y sólo él entre todas las personas o mentes de esa época es representado como el que tiene el poder de comunicación  y recurso directo con Eru. El debe haber comprendido con gran claridad lo que aún nosotros pudimos percibir levemente: que el modo esencial del proceso de la ‘historia’ en Arda era que el mal debería surgir constantemente, y que por otra parte un nuevo bien debería llegar constantemente. Un aspecto especial de esto es la extraña manera en la cual los males del Maculador, o sus herederos, se convierten en armas contra el mal. Si consideramos la situación luego del escape de Morgoth y el reestablecimiento de su morada en la Tierra Media, veremos que los heroicos Noldor fueron la mejor arma posible con la que se tuvo en aprietos a Morgoth, virtualmente sitiado, y de alguna forma totalmente ocupado, en la franja norte de la Tierra Media, sin provocarlo a un frenesí de destrucción nihilística. Y mientras tanto, los Hombres, o los mejores elementos de la Humanidad, apartándose de su sombra, entran en contacto con un pueblo que realmente había visto y experimentado el Reino Bendecido.

         En su asociación con los Eldar en guerra, los Hombres se elevaron hasta la estatura más alta que podían alcanzar, y mediante dos matrimonios, fue lograda la transferencia, o infusión hacia la Humanidad, de lo más noble de la raza Élfica, en previsión de los días todavía distantes, pero que se aproximaban inexorablemente, en que los Elfos se ‘desvanecerían’.

         La última intervención  por medio de la fuerza física de los Valar, que culminó con la destrucción de Thangorodrim, no puede entonces ser vista como poco entusiasta o aún como excesivamente tardía, sino como algo programado con precisión. La intervención llegó antes de la aniquilación de los Eldar y los Edain. Morgoth si bien era localmente triunfador había descuidado la mayor parte de la Tierra Media durante la guerra; y por esto había sido de hecho debilitado: en poder y prestigio (había perdido uno de los Silmarils y falló al querer recuperarlo),  y sobre todo en mente. Estaba absorbido en su  ‘monarquía’, y si bien era un tirano con talla de ogro y monstruoso poder, esto fue un enorme descenso incluso desde su anterior perversidad de odio, y su terrible nihilismo. Había descendido hasta ser algo como un rey tirano con esclavos subyugados, e inmensos ejércitos obedientes.8

         La guerra fue un éxito, y la ruina se limitó a la pequeña (aunque hermosa) región de Beleriand. Morgoth fue entonces realmente hecho cautivo en forma física9 , y de esa forma llevado como un mero criminal a Aman y enviado ante Námo Mandos quien fue juez –y ejecutor-. Fue juzgado, y expulsado del Reino Bendecido y ejecutado: es decir asesinado como uno de los Encarnados. Quedó entonces claro (aunque debe haber sido comprendido de antemano por Manwë y Námo) que, si bien él había ‘diseminado’ su poder (su maldad y voluntad posesiva y rebelde) por toda la materia de Arda, había perdido su control directo, y todo lo que ‘él’,  un remanente sobreviviente de un ser integral, retuvo como ‘propio’ y bajo control fue el terriblemente encogido y reducido espíritu que habitaba su auto-impuesto (pero ahora amado) cuerpo. Cuando dicho cuerpo fue destruido y quedó completamente ‘sin hogar’, y por cierto tiempo anduvo perdido y como si estuviera ‘sin anclar’. Leemos que entonces fue expulsado al Vacío.10 Esto significaría que fue llevado fuera del Tiempo y el Espacio, fuera de Eä en su conjunto; pero si así fuera implicaría una intervención directa de Eru (con o sin súplica de los Valar). Puede sin embargo referirse imprecisamente* a la expulsión o partida de su espíritu de Arda.

         En cualquier caso, en busca de absorber o más bien infiltrarse él mismo a través de toda la ‘materia’, lo que quedó de Melkor no fue lo suficientemente poderoso como para volver a tomar forma. (Permanecería inmutable en el deseo de hacerlo: no había arrepentimiento o posibilidad de ello: Melkor había abandonado para siempre todas las ambiciones ‘espirituales’, y existía casi únicamente por el deseo de poseer y dominar la materia, y Arda en particular). Al menos eso no podía aún volver a tomar forma. No necesitamos suponer que Manwë se engañó al suponer que esta había sido una guerra para finalizar la guerra, o incluso para poner fin a Melkor. Melkor no era Sauron. Hablamos de él como alguien ‘debilitado, encogido, reducido’; pero esto es en comparación con los grandes Valar. Él había sido un ser de inconmensurable potencia y vitalidad. Los Elfos naturalmente sostenían y enseñaban que las fear o ‘espíritus’ pueden crecer por cuenta propia (independientemente del cuerpo), incluso al igual que pueden ser heridos o curados, pueden ser menguados o renovados.11 Puede esperarse del espíritu oscuro de ‘lo que queda de’ Melkor, por lo tanto, que eventualmente y después de largas edades se incremente nuevamente, incluso (como sostienen algunos) para recuperar y traer de nuevo hacia él algo de su antiguo poder disipado. Haría esto (incluso Sauron no pudo) debido a su relativa grandeza. No se arrepintió, ni se alejó finalmente de su obsesión, sino que aún retuvo restos de sabiduría, de manera que pudo buscar su objeto indirectamente, y no meramente a ciegas. Descansaría, buscando curarse, distrayéndose con otros pensamientos y deseos y artefactos –pero todo simplemente para recobrar suficiente fuerza para retornar al ataque sobre los Valar, y a su antigua obsesión. Mientras crecía nuevamente se volvía como si fuese una sombra oscura, gestándose en los confines de Arda, y anhelando llegar a ella.

         Sin embargo la destrucción de Thangorodrim y la expulsión de Melkor fue el final de ‘Morgoth’ como tal, durante esa edad (y  muchas edades posteriores). Fue entonces, también, en un sentido el final de la principal función y tarea de Manwë como Rey Mayor, hasta el Final. Él había sido el Adversario del Enemigo.

         Es muy razonable suponer que Manwë sabía que dentro de poco tiempo (como él veía el ‘tiempo’) debía comenzar el Dominio de los Hombres, y la construcción de la historia sería asignada a ellos: porque su lucha con las disposiciones especiales del Mal había sido lograda! Manwë sabía acerca de Sauron, por supuesto. Había ordenado a Sauron que se presentase ante él para ser juzgado, pero le había dejado lugar para el arrepentimiento y rehabilitación final. Sauron rechazó esto y escapó ocultándose. Sauron, no obstante,  era un problema que los Hombres tendrían que enfrentar finalmente: la primera de las muchas concentraciones del Mal en concretos puntos de poder que ellos tendrían que combatir, como también la última de aquellas formas ‘mitológicas’ personalizadas (pero no humanas).

         Debe notarse que la primera derrota de Sauron fue lograda por los Númenóreanos solos (aunque Sauron no fue de hecho derrotado personalmente: su ‘captura’ fue voluntaria y un truco). En la primera derrota y desencarnación de Sauron en la Tierra Media (olvidando los hechos de Lúthien)12

 


* (nota al pie del texto) Dado que las mentes de los Hombres (e incluso las de los Elfos) tendían a confundir el ‘Vacío’, como una concepción del estado de No-ser, ubicado por fuera de la Creación o Eä, con la concepción de enormes espacios dentro de Eä, especialmente aquellos imaginados en el ‘Reino de Arda’ (como probablemente llamar al Sistema Solar. <volver>


 

                     Aquí la extensa versión B se interrumpe, al pie de una página. Entrego ahora la conclusión de la versión A desde el punto donde los textos divergen (ver p. 394 y nota 6 ), comenzando por la oración correspondiente a B (p401) ‘El último esfuerzo principal, de su clase demiúrgica, realizado por los Valar...’

 

         El último esfuerzo de este tipo hecho por los Valar fue el levantamiento de las Pelori –pero no fue un acto de bien: fue como combatir a Morgoth con sus propias armas –a excepción del elemento de egoísmo en su objeto de preservar Aman como una bienaventurada región para vivir.

         Los Valar eran como arquitectos trabajando en un plan ‘aprobado’ por el Gobierno. Se volvieron cada vez menos importantes (estructuralmente) mientras el plan estaba cada vez mas cerca de terminarse. Aún en la Primera Edad los vemos después de incontables edades de trabajo cerca del final de su tiempo de trabajo –pero no de sabiduría o consejo-. (Los sabios se convertían los menos poderosos si no tenían nada que hacer –excepto aconsejar-).

         Del mismo modo los Elfos se desvanecían, habiendo introducido ‘el arte y la ciencia’.13 Los Hombres también se ‘desvanecerán’, si esto demuestra ser parte del plan de las cosas, cuando hayan completado su función. Pero incluso los Elfos tenían la noción de que esto no sería así: que el final de los Hombres estaría de alguna forma unido al final de la historia, o como ellos la llaman ‘Arda Maculada’ (Arda Sahta), y el logro de ‘Arda Remediada’ (Arda Envinyanta)14 (no parece que hayan tenido claro o sabido de forma precisa cómo sería. Si Arda Envinyanta sería un estado de logro permanente, que sólo podría ser disfrutada ‘fuera del Tiempo’ tal como fue: examinando la Historia como una totalidad englobada; o bien un estado de gozo inmaculado dentro del Tiempo y en un ‘lugar’ que sería en cierto sentido un descenso lineal e histórico de nuestro mundo o ‘Arda Maculada’. Parecían a menudo haber significado las dos cosas. ‘Arda Inmaculada’ no existía realmente, pero permanecía en el pensamiento –Arda sin Melkor, o más bien sin los efectos de su conversión al mal; pero es la fuente desde donde derivarían todas las ideas de orden y perfección. ‘Arda Remediada’ es entonces ambas, la consumación de la ‘Historia de Arda’ que ha asimilado las acciones de Melkor, pero debe conforme a la promesa de Ilúvatar ser vista como algo bueno; y también como un estado de reforma y dicha más allá de los círculos del mundo’.)15

         El Mal se reproduce duplicándose a si mismo (como en la división celular). Pero es en sí mismo árido, estéril. Melkor no pudo ‘concebir’, o tener alguna esposa (si bien intentó raptar y violar a Arien, esto fue para destruirla y contaminarla16 , no para engendrar una fogosa descendencia). Fuera de las discordancias de la Música –sc. no directamente fuera de cualquiera de los temas,17   de Eru o de Melkor, pero a partir de la disonancia de una respecto de la otra, aparecieron criaturas malvadas en Arda, las cuales no surgieron a partir de algún plan o visión de Melkor: No eran ‘sus hijos’; y por lo tanto, ya que todo el mal odia, lo odiaban a él también. La generación de progenie fue corrompida. ¿De aquí los Orcos? Parte de la idea Elfo-Hombre anduvo mal. Aunque como con los Orcos, los Eldar creían realmente que Morgoth los había ‘engendrado’ por medio de la captura de Hombres, (y Elfos) tempranamente e incrementando al máximo cualquier tendencia corrupta que ellos tuviesen.

         A pesar de su estado incompleto (que puede deberse al extravío de la forma completamente desarrollada del ensayo o a su abandono, ver nota 6 ) éste es el relato más comprensible que mi padre escribió acerca de cómo, en sus últimos años había llegado a interpretar la naturaleza del Mal en su mitología; nunca en algún otro sitio escribió alguna exposición así sobre la naturaleza de Morgoth, o sobre su decadencia, y de su corrupción de Arda, ni perfiló la distinción entre Morgoth y Sauron: ‘la totalidad de  la Tierra Media era el Anillo de Morgoth’.  

                Ubicar este ensayo en una relación secuencial con el resto de otros escritos ‘filosóficos’ o ‘teológicos’ dados en este libro con alguna certeza parece poco probable, aunque ‘Fionwë hijo de Manwë’ en p.399 (en vez de ‘Eonwë heraldo de Manwë’) puede sugerir que el ensayo se ubica relativamente temprano entre ellos (ver pp. 151-2). Esto muestra una marcada semejanza en tono a las muchas cartas de exposición que mi padre escribió en los 1950s, y por cierto me parece muy posible que la correspondencia que siguió a la publicación de El Señor de los Anillos jugó una parte significante en el desarrollo de su inspección de las ‘imágenes y eventos’ de la ‘mitología’.18

 


Notas

1 Ragnarök: ‘la Ruina de los Dioses’ (Nórdico Antiguo): Ver IX.286 <volver>

2 hroa: así escrito aquí y en una segunda oportunidad debajo (y en el texto A), no como en todas partes que siempre es hröa  que significa el cuerpo de un ser encarnado. La palabra utilizada para ‘materia física’ en Leyes y Costumbres de los Eldar era hron, luego cambiada a horma (p.218 y nota 26); en el Comentarios a el Athrabeth y en el ‘Glosario’ de los nombres la palabra es erma (pp. 338, 349). <volver>

3 Sobre esta oración ver p. 271. <volver>

4 La condena pública, fuertemente expresada, de los Valar por el Ocultamiento de Valinor se encuentra en la historia con ese nombre en El Libro de los Cuentos Perdidos (I.208-9), pero desaparece en versiones posteriores. En la antigua historia noté (I.223) que ‘en El Silmarillion no hay vestigios del tumultuoso concilio, ni sugerencia de un desacuerdo entre los Valar, con Manwë, Varda y Ulmo desaprobando activamente el trabajo y manteniéndose alejados de él’, y comenté: "Es bastante curioso observar que la acción de los Valar aquí brota esencialmente a partir de la indolencia mezclada con el miedo. En ningún lugar la temprana concepción de mi padre de los fainéant Dioses aparece tan claramente. El sostiene además en forma bastante explícita que su falla al hacer la guerra a Melko en ese momento fue un grave error, irreparable y que (al parecer) los disminuyó. En su último escrito el Ocultamiento de Valinor por cierto permaneció, pero sólo como un gran hecho de antigüedad mitológica; no se habla de su condena."
Las últimas palabras se refieren a las actuales narrativas del Silmarillion. La desaprobación de Ulmo reaparece ahora, y es una ulterior evidencia de su aislamiento en los concilios de los Valar (ver p.253 nota II); cf. sus palabras a Tuor en Vinyamar (habiéndole hablado, entre otras cosas, de ‘el ocultamiento del Reino Bendecido’, aunque lo que dijo no se relata): "Por lo tanto, aunque en estos días de oscuridad al parecer me opongo al deseo de mis hermanos, los Señores del Oeste, esa es mi parte entre ellos,  para lo que fui designado antes de la creación del Mundo" (Cuentos Inconclusos p.29). <volver>

5 pleasaunce (=pleasance): un ‘jardín de placer’. Mi padre utilizó esta palabra varias veces en El Libro de los Cuentos Perdidos (ver I.275, pleasance), por ejemplo en los Jardines de Lórien. <volver>

6 En este punto mi padre escribió en el manuscrito posterior: ‘Ver la forma corta original en Desvanecimiento de los Elfos (y Hombres)’. Ver p. 394. Esto parece una clara indicación que B no estaba completa, o que si lo estaba, su conclusión se había extraviado. <volver> <volver2> <volver3>

7 Cf. la afirmación sobre este tema en el breve texto I, p. 370. <volver>

8 Puesto que esta discusión se introduce en justificación del Ocultamiento de Valinor, la dirección del argumento parece ser que la historia de la Tierra Media en los últimos siglos de la Primera Edad no habría sido posible de lograr si Valinor hubiese permanecido abierta para el regreso de los Noldor. <volver>

9 Como, por supuesto, le había sucedido a Melkor mucho antes, luego del saqueo de Utumno. <volver>

10 Cf. La conclusión del QS (V.332, §29): ‘Pero al mismo Morgoth  los Dioses lo arrojaron a través de la Puerta de la Noche hacia el Vacío Sin Tiempo, mas allá de los Muros del Mundo’. <volver>

11 Lo siguiente fue agregado al margen luego que la página fue escrita: "Si no sucumben por debajo de cierto nivel. Puesto que ningúna  fëa puede ser aniquilada, reducida a cero o a la no-existencia, no está claro lo que esto significa. De este modo se dice que Sauron ha caído por debajo del punto de recuperación alguna, aunque previamente él ya se había recuperado. Lo que probablemente signifique es que un espíritu ‘malvado’ quede sujeto a cierto deseo o ambición, y si no puede arrepentirse entonces su deseo se convierte virtualmente en todo su ser. Pero el deseo puede estar totalmente mas allá de su alcance por la debilidad en la que  ha caído, y será incapaz de quitar su atención del deseo inalcanzable, incluso para asistirse a sí mismo. Permanecerá por siempre siendo un deseo impotente o una memoria de un deseo". <volver>  

12 Una referencia a la leyenda de la derrota de Sauron por Lúthien y Huan en la isla Tol-in-Gauroth, donde Beren era prisionero. (El Silmarillion pp. 174-5) <volver>

13 Cf. Cartas no.181 (1956): ‘En este mundo mitológico los Elfos y los Hombres están en su forma encarnada emparentados, pero la relación de sus ‘espíritus’ con el mundo en su tiempo representan diferentes ‘experimentos’, cada uno de los cuales tiene su propia tendencia natural, y debilidad. Los Elfos representan algo así como los artísticos, estéticos, y puramente científicos aspectos de la naturaleza Humana elevados a un nivel más alto que el que realmente se ve en los Hombres.’ <volver>

14 En el texto FM 2 de ‘Finwë y Míriel’ (p.254, nota al pie) ‘Arda Maculada’ es Arda Hastaina. Arda Envinyata, en ambas situaciones, primero fue escrita como Arda Vincarna. <volver>

15 Con este pasaje en paréntesis cf. especialmente nota (iii) al final de Leyes y Costumbres (p.251); también pp. 245,254 (nota al pie), 318. <volver>

16 distain, un verbo arcaico que significa ‘manchado’, ‘descolorido’, ‘impuro’ <volver>

17 Los Tres Temas de Ilúvatar en la Música de los Ainur son tratados aquí como un único tema, en oposición al discordante ‘tema’ de Melkor. <volver>

18 En una carta de Junio de 1957 (Cartas nro.200) él escribió: "Lamento que todo parezca lúgubre y ‘pomposo’. Pero así son todos los intentos de ‘explicar’ las imágenes y eventos de una mitología. Naturalmente las historias llegan primero. Pero esto es, supongo, una evaluación de la consistencia de la mitología como tal, y es posible alguna clase de explicación racional". <volver>


 

 

Proporcionado por Rubi Brandigamo que lo obtuvo de esta página.