Mitología
Católica
Una investigación en la simbología de Tolkien
Francisco Pío María
Barros
Proyecto de investigación
2004
Colegio de los Santos Padres
Introducción
Para el simple lector, Tokien es un mero
escritor de cuentos y novelas fantásticos. Este, leería sus libros
disfrutándolos como una narración sin darse cuenta de su contenido
teológico, filosófico y religioso. Si hubiera que definir la personalidad
de Tolkien, sería ineludible aludir a su condición de católico.
Tolkien era católico, y un hombre profundamente religioso. Podría
pensarse que esto se hace evidente en su obra, pero no siempre es así,
por eso es que veremos como volcó sus pensamientos y creencias en sus
obras.
En el primer capítulo veremos porqué la mayoría de las
obras de Tolkien son mitos, en el segundo, entraremos a ver como expuso en sus
obras su concepción del mundo. En el tercer capitulo veremos su concepción
del mal y, finalmente, entraremos ya a analizar sus creencias religiosas.
Biografía
Sus Primeros años
El 3 de Enero de 1892 nace John Ronald Reuel Tolkien en la Ciudad de Bloemfontein
(Sudáfrica), hijo de Arthur Reuel Tolkien y Mabel Suffield. Dos Años
después nace su hermano menor, Hilary.
En 1895 parte con su madre y su hermano a Inglaterra, dejando a su padre en
Sudáfrica, quien muere un año más tarde. Mas adelante,
en 1904 muere su madre a causa de la diabetes. En ese entonces, Ronald estudiaba
en la Escuela King Edward's.
En 1908, Ronald conoce a Edith Bratt y comienza un romance que luego es descubierto
por el Padre Francis Morgan, tutor de Ronald, quién en 1910, le prohíbe
que se siga viendo con Edith. Ese mismo año, Ronald gana una beca para
el Exeter College de Oxford.
Oxford y la T.C.B.S.
En 1911, se forma la T.C.B.S., un grupo de amigos llamado Tea Club, que se reunían
a tomar el té en Barrow's Stores, y por lo que se le conocía al
grupo con esas cuatro iniciales. El grupo fue variando hasta que al final se
definió un núcleo integrado permanente por Tolkien, Christopher
Wiseman, R.Q. Gilson y más tarde, Geoffrey Baceh Smith. En ese mismo
año, Ronald comienza a estudiar en la Exeter College de Oxford, Lengua
y Literatura Inglesas, graduándose cuatro años más tarde,
con Honores de Primera Clase.
El 22 de Marzo de 1916, se casa con Edith, a quien había vuelto a ver
después de tres años, Edith fue a vivir a Great Haywood, mientras
que Ronald, a causa de la primera guerra mundial, se embarcó a Francia
como subteniente del 11º batallón de los Lancashire Fusiliers y
sirve como oficial de señales de batallón. En noviembre de ese
mismo año vuelve a Inglaterra, enfermo de 'fiebre de trincheras'.En esa
guerra, murieron dos compañeros de la T.C.B.S., Smith y Gibson...y con
eso, la sociedad llegó a su fin.
Su Mitología
Mientras se recuperaba en Great Haywood, Tolkien empezó a escribir "El
Libro de Los Cuentos Perdidos", donde escribió toda la mitología
que desde hace años había concebido, inspirada en viejas leyendas
finlandesas y nórdicas, como el "Kalevala" y la historia de
"Kullervo", libro que más tarde se convertiría en el
"Silmarillion".
En 1917, nace su hijo mayor, John. Al siguiente año vuelve a Oxford,
y en 1919 comienza a trabajar como tutor free lance.
En 1920, es designado Lector de Lengua Inglesa de la Universidad de Leeds, donde
se establecen al siguiente año con su familia. Ese mismo año nace
su segundo hijo, Michael.
En 1922, Tolkien y E.V. Gordon comienzan a trabajar en su edición de
Sir Gawain and the Green Knight
Dos años después, Tolkien es designado profesor de Lengua Inglesa
en la Universidad de Leeds y nace su tercer hijo, Christopher; quien se convertiría
en su organizador literario. En 1929, nace su hija Priscilla.
Los Hobbits
En 1930 Tolkien empieza a escribir “El Hobbit”, el cual fue publicado
en 1937 por Allen & Unwin. Como recomendación y pedido de los editores
a causa del éxito de “El Hobbit”, Tolkien empieza a escribir
su continuación: “El Señor de Los Anillos”.
Diecinueve años más tarde, en 1949, completa su gran obra, y es
publicado uno de sus cuentos, “Egidio, el granjero de Ham”. En 1954,
son publicados los dos primeros volúmenes de El Señor de Los anillos,
y un año más tarde, el tercero. En 1959, Tolkien se retira de
su cátedra.
En los siguientes años, se publicaron otras de sus obras, cuentos cortos
y algo "aislados" de su obra primordial: “Las aventuras de Tom
Bombadil”, en 1962; “Árbol y Hoja” que fue un ensayo
que contenía un cuento también: “Hoja de Niggle” fue
publicado en 1964; y el “Herrero de Wootton Mayor”, en 1967.
Sus últimos años
En 1968, los Tolkien se establecen en Lakeside Road, Poole, donde tres años
más tarde, muere Edith Tolkien en noviembre, a la edad de ochenta y dos
años. Un año más después, en 1972, Tolkien vuelve
a Oxford, donde la Universidad de Oxford le otorga un Doctorado Honorario en
Letras. Finalmente en 1973, Ronald muere en una clínica el 2 de septiembre,
a la edad de ochenta y un años. En su lapida y en la de su esposa puede
leerse la inscripción:
Edith Mary Tolkien, Lúthien, 1889 - 1971. John Ronald Reuel Tolkien,
Beren, 1892 - 1973.
Los Mitos
Mito y alegoría
El mito corresponde a la fase
primitiva del hombre cuando éste manifestaba lo que percibía en
el mundo por medio de narraciones fantásticas que tienen verdades.
Para empezar, debemos saber la definición etimológica de mito:
según los diccionarios, en el lenguaje griego, la palabra mythos puede
significar muchas cosas: palabra, discurso, conversación, relato, saga,
fábula, etc., pero por lo general se responde al verbo mitheomai y mithologeo:
hablo, digo, cuento, o invento una historia.
En inglés la palabra mythologia suele traducirse por la de fiction: relato
de una historia inventada . Pero en realidad los mitos son, como dice Pieper,
“relatos acerca del origen del cosmos, de la historia primitiva, de la
felicidad y de la desgracia, del destino de los muertos, del juicio y de la
recompensa en el más allá”. La palabra mythos contiene la
raíz my que hace referencia a algo “entornado”, algo que
no esta cerrado del todo (por ejemplo la palabra miope: ojo cerrado pero no
del todo), por lo tanto mythos significa algo que queda cerrado y oculto por
detrás de lo que se dice.
Alegoría, en cambio, es una narración de un suceso fingido, del
que se deduce por comparación o semejanza una verdad importante, o son
ficciones en virtud de significar otra cosa. Se podría decir que la alegoría
es una narración metafórica o una metáfora contada.
En las alegorías se da un solo significado, y en ellas uno pone solo
aquello que conoce. La alegoría es usada para explicar cosas ya sabidas.
La alegoría es unívoca y con un mensaje claro. En los mitos se
pone aquello que uno aún no conoce y que no se podría conocer
por ningún otro camino que el de la invención. El mito es una
narración de la cual brotan diferentes significados dependiendo de quien
lo lea, el mito se refiere a algo que no se puede reducir a ideas claras.
Mito y Tolkien
Con esto vemos claramente que
la obra de Tolkien es imposible de clasificar como alegoría. Pero tampoco
se podría conceder totalmente a Tolkien la idea de ser creador de una
mitología, sino de una “sub-mitología” ya que el es
un sub-creador, sus mitos están creados a partir de una verdad ya conocida
(pero trataba al misterio también ). Pero esto no quiere decir que sea
una alegoría, ya que sus obras tienen su propio modo de reflejar la verdad,
además, no hay simbolismo que indique que una cosa signifique otra cosa
fuera de sí (Tolkien reconoce que hay una relación entre mito
y verdad, y la va a llamar “aplicabilidad”), que no haya alegoría
no significa que no haya aplicabilidad; y, a partir de ahí, él
crea su mitología basada en algo real.
Mito y Catolicismo
Tolkien expresó su concepción
del mundo tal como lo hubiese hecho cualquier otro. Según él:
“No es preciso que diga que todo
esto es mítico y de ningún modo una nueva especie de religión
o visión. En la medida de mi conocimiento, es meramente una invención
imaginativa para expresar en el único modo que me es posible algunas
de mis (oscuras) percepciones del mundo. Todo lo que puedo decir es que, si
fuera «historia», no sería fácil situar las tierras
y los acontecimientos (o «culturas»), según las pruebas de
que disponemos, arqueológicas o geológicas, en los sitios más
cercanos o remotos de lo que ahora llamamos Europa […].
Desde el punto de vista teológico (si el término no resulta demasiado
grandilocuente), imagino que el cuadro no se aleja demasiado de lo que algunos
(incluido yo) consideran la verdad. Pero como he escrito deliberadamente un
cuento, que está construido sobre, o a partir de, ciertas ideas «religiosas»,
aunque no es una alegoría de ellas (ni de ninguna otra cosa), no las
menciona abiertamente y aun menos las predica, no me alejaré ahora de
esa actitud para aventurarme en disquisiciones teológicas para las que
no estoy preparado. Pero podría decir que si el cuento es «sobre»
algo (aparte de sí mismo), no es, como según parece se supone
en general, sobre el «poder». La búsqueda del poder es sólo
el motivo que pone los acontecimientos en marcha y creo que relativamente carece
de importancia. Trata sobre todo de la Muerte y la Inmortalidad; y de las «huidas»:
la longevidad y el atesoramiento de la memoria.
Él dice que el mito esta construido desde ideas religiosas, o fuera de ellas, pero él vuelca en sus obras algo que le viene “de afuera”, escribe lo que el cree, y no dice “esto es así”, lo expresa así:
“yo soy cristiano (lo que se puede deducir de mis relatos) de hecho, soy católico romano […] El señor de los Anillos es, sin duda, una obra fundamentalmente religiosa y católica; lo fue así primero de manera inconsciente, pero conscientemente en la revisión. Ésa es la razón por la que no he puesto en ella o he quitado de ella, prácticamente toda referencia a cualquier cosa que suene a ‘religión’, a cultos o prácticas religiosas en el mundo imaginario. El elemento religioso es absorbido en la misma historia y en el simbolismo […]. He planeado conscientemente muy poco y debo estar agradecido principalmente al hecho de haber sido formado (desde que tenía ocho años) en una fe que me ha alimentado y que me ha enseñado todo lo que sé; y esto se lo debo a mi madre, que fue siempre fiel a su conversión a la Iglesia Católica y que murió joven debido en buena arte a las incomodidades y privaciones de la pobreza resultante de su conversión.”
La Creación
Origen y participación
Este tema es tratado por Tolkien en el Silmarillion, principalmente en los libros
Ainulindalë, y Valanqueta donde se ve claramente la profunda influencia
católica.
El Silmarillion es, como veremos, la Biblia
del mundo tolkiniano, no solo por su sentido etimológico sino también
por su sentido religioso .
¿Dónde se encuentra esta influencia de la que hablamos? Tomemos
como ejemplo las palabras del evangelio de San Juan y veamos el parecido:
En el principio estaba la Palabra
y la Palabra estaba con Dios,
y la Palabra era Dios.
Ahora veamos la “versión” de Tolkien:
En el principio estaba Eru, el Único...
También está el momento de la creación:
Dijo Dios: “Haya luz”, y hubo luz.
En el Silmarillion, Eru dice:
¡Eä! ¡Que sean estas cosas!...
Con esto, Tolkien deja bien claro que el
único que puede crear es Eru.
Luego esta el tema de la “Llama Imperecedera” o “Fuego Secreto”:
este fuego se puede interpretar como el Espíritu Santo, ya que este
“es el Fuego Secreto que procura Vida y Realidad…”
Después de haber hecho la Música, Eru dice a los Valar:
“Una sola cosa he añadido, el fuego que da Vida y Realidad…y ¡mirad!, el Fuego Secreto ardía en el corazón del mundo.”
Podemos ver la relación del Espíritu Santo con Pentecostés, cuando
“estaban todos reunidos en un mismo lugar...se les aparecieron unas lenguas como de fuego y se posaron sobre cada uno de ellos.”
Así, vemos el tema del origen de la creación. El tema de la participación
es tratada por Tolkien de una manera distinta a como fue en la realidad: Eru
(Dios), antes de crear el mundo material, crea unos seres puramente espirituales
(llamados Ainur). Estos son invitados por Eru a componer una gran música
que será el diseño del mundo. Eru propone un tema y los Ainur
se unen a él haciendo sus propias variaciones.
“…Los Valar o «potencias,
gobernantes» fueron la primera «creación»: espíritus
o mentes racionales sin encarnación, creados antes que el mundo físico.
(En rigor, estos espíritus se llamaban Ainur, pues los Valar fueron sólo
los que entre ellos entraron en el mundo después de haber sido hecho,
y el nombre sólo se aplica a los grandes de entre ellos, que ocupan el
lugar imaginativo, aunque no teológico, de los «dioses».)
Los Ainur tomaron parte en la creación del mundo como «subcreadores»:
en grado diverso, según la manera siguiente: Interpretaron según
su capacidad, y completaron en detalle, el Diseño que les propuso el
Único. Se les propuso primero en forma musical o abstracta, y luego en
una «visión histórica».
En esta etapa tenía todavía una validez con la que puede compararse
la que tiene un «cuento» entre nosotros: «existe» en
la mente del narrador y, de manera derivada, en la de los auditores, pero no
en el mismo plano que el del narrador o los auditores. Cuando el Único
(el Narrador) dijo Sea el Cuento se convirtió en Historia, sobre el mismo
plano que el de los auditores, y éstos podían, si lo deseaban,
entrar en ella. Muchos de los Ainur lo hicieron, y deben habitar en ella hasta
el Final, pues quedan involucrados en el Tiempo, la serie de acontecimientos
que la completan. Estos fueron los Valar y sus asistentes menores. Éstos
eran los que se habían «enamorado» de la visión y,
sin duda, los que habían desempeñado la parte más «subcreativa»
(o, como nosotros diríamos, más «artística»)
de la Música.”
Así como Dios nos ama y “gobierna” la creación, los
Valar
“…por el amor que tenían por Eä, y por la parte que desempeñaron en su creación, que desearon y pudieron encarnarse en formas físicas visibles.”
A partir de ahí fue posible que:
“…ya desde hace mucho tiempo los Valar declararon a los elfos que los Hombres se unirán a la Segunda Música de los Ainur…”
Debemos aclarar que los Valar solo compartieron el diseñar del mundo, ellos no podían crear de la nada. Solo participaron. Los seres racionales fueron creados directamente por Eru, y todos son distintos:
“Ahora los Eldar afirman que cada niño elfo se le da un nuevo fëa , no emparentado con los fëar de los padres (salvo por pertenecer al mismo orden y naturaleza); y este fëa no existe antes del nacimiento, o bien es el fëa de alguien que así re-nace. Ellos piensan que el nuevo fëa, y por consiguiente todos los fëar en su origen, provienen directamente de Eru, más allá de Eä.”
A todo esto no hay que confundir “creación” con “idea de”, por ejemplo, Yavanna no creó a los ents sino que la idea de ents es de Yavanna, lo mismo con las águilas: la idea es de Manwë, pero la creación de estos es de Eru.
Revelación
Los mitos, en su gran mayoría, vienen de una misma raíz. ¿Cuál
es esta raíz a la que nos referimos? La revelación de Dios. Nos
referimos a que todas estos mitos de diferentes civilizaciones siempre tienen
algo en común, como por ejemplo la idea del origen, que contienen relatos
que se refieren a una época de felicidad, y luego de una caída
o descenso; y relatos sobre el fin: un juicio después de la muerte, que
involucra una posible purgación del alma, así como un premio y
un castigo. Ya Platón tomaba por muy verdaderos a los “antiguos
mitos” porque son parte de una primera revelación. Platón
aclara que “<<los antiguos>> no son los creadores del mito,
sino que transmiten simplemente un mensaje recibido (revelado), <<un don
de los dioses a los hombres>>” .
El Mal
Su existencia
El mal tiene comienzo con la rebelión de Melkor. Esta rebelión
consistió en afectar el diseño del mundo perturbando la Gran Música:
“Pero ahora Ilúvatar escuchaba sentado, y durante un largo rato
le pareció bien, pues no había fallas en la música. Pero
a medida que el tema prosperaba, nació un deseo en el corazón
de Melkor: entretejer asuntos de su propia imaginación que no se acordaban
con el tema de Ilúvatar, porque intentaba así acrecentar el poder
y la gloria de la parte que le había sido asignada. A Melkor, entre los
Ainur, le habían sido dados los más grandes dones de poder y conocimiento,
y tenía parte en todos los dones de sus hermanos […] Melkor entretejió
algunos de estos pensamientos en la música, e inmediatamente una discordancia
se alzó en torno, y muchos de los que estaban cerca se desalentaron,
se les confundió el pensamiento, y la música vaciló; pero
algunos empezaron a concertar su música con la de Melkor más que
con el pensamiento que habían tenido en un principio. Entonces la discordancia
de Melkor se extendió todavía más, y las melodías
escuchadas antes naufragaron en un mar de sonido turbulento. Pero Ilúvatar
continuaba sentado y escuchaba, hasta que pareció que alrededor del trono
había estallado una furiosa tormenta, como de aguas oscuras que batallaran
entre sí con una cólera infinita que nunca sería apaciguada.”
Aun así, Ilúvatar dio existencia a la Gran Música y comenzó
a existir la Tierra. Comenzó a existir con las imperfecciones de Melkor,
no por eso la creación de Ilúvatar es mala, toda creación
de Dios es buena y no puede no serlo , pero Tolkien imagina que esa creación
esta afectada por Melkor y no por eso va a dejar de crearla, es como la imagen
del hombre caído: es bueno en su naturaleza, porque viene de Dios, pero
su naturaleza no esta intacta, esta corrompida por el pecado. Un ejemplo de
la corrupción de Melkor está en “El Señor de los
Anillos”:
“Hay muchas cosas malignas y hostiles en el mundo que tienen poca simpatía
por quienes andan en dos patas; sin embargo no son cómplices de Sauron
y tienen sus propios motivos. Algunas estaban en este mundo mucho antes que
él.-Caradhras era llamado el Cruel y tenía mala reputación
-dijo Gimli- hace ya muchos años, cuando aún no se había
oído de Sauron en estas tierras.”
Así se ve la perduración de la influencia maligna de Melkor en
el mundo. Como vimos, el mal se origina por egoísmo y orgullo, así
también fue el pecado original. Con esto no quiero decir que Melkor (Lucifer)
haya creado el mal, sino que a partir de su egoísmo y orgullo produjo
un gran mal. Tolkien dijo:
“En mi historia no trato del Mal Absoluto. No creo que exista tal cosa,
pues eso es el Cero. No creo, de cualquier manera, que ningún «ser
racional» sea enteramente malo”
¿Cuáles son la razones que tiene Dios para permitir el mal? Tolkien
da varias respuestas pero solo mencionaremos algunas de ellas:
Una razón es que Eru dejó el diseño de los Valar afectado
por las desarmonías Melkor. Un ejemplo es el que ya vimos del Caradhras,
pero no sería una buena razón para permitir el mal, una razón
buena sería una como la siguiente:
“Ahora bien, hablo Ilúvatar
a Ulmo y dijo:-¿No ves como Melko ha concebido fríos crudos sin
moderación, y sin embargo no ha destruido la belleza de tus aguas cristalinas
y de tus límpidos estanques? Aun donde él creyó haber doblegado
a todos, ¡mira!, ha sido creada la nieve y la escarcha obró sus
exquisitos trabajos; el hielo ha levantado sus castillos con grandeza.
De nuevo hablo Ilúvatar:-Melko ha concebido calores sin cuento y fuegos
sin restricción, y, no obstante, no ha secado tu deseo ni ha acallado
por completo la música de tus mares. Contempla más bien ahora
la altura y la gloria de las nubes y la magia que habita en la niebla y los
vapores; escucha el susurro de las lluvias la tierra.
Dijo Ulmo entonces:-Sí, en verdad es el agua más bella ahora que
antes en mi mejor concepción. La nieve tiene una hermosura que sobrepasa
mis más secretos pensamientos, y si no hay mucha música allí,
la lluvia es bella en verdad, y de una música que me colma el corazón,
tanto es el agrado que siento por haberla encontrado mis oídos, aunque
su tristeza se cuenta entre las más tristes de todas las cosas. ¡Escuchad!
iré en busca de Súlimo del aire y los vientos, él y yo
tocaremos melodías por siempre para tu gloria y regocijo.
Ahora bien, desde entonces Ulmo y Manwë fueron grandes amigos y aliados
casi en relación con todos los asuntos.”
El hombre suele revelar sus frutos cuando esta en sus desgracias, por ejemplo,
la mayor parte de las cosas que escribió Tolkien empiezan contando la
historia de alguien que vivía tranquilo cuando es interrumpido y llevado
a través de una gran cantidad de sufrimiento y dolor, pero que después
es recompensado y vuelve como otra persona. Aun así debemos acostumbrarnos
a la existencia del mal puesto que esta en todas partes:
“Habían empezado a sentir que el peligro estaba bastante cerca
y a ambos lados”
En “El Señor de los Anillos” Tolkien escribió:
“El enemigo no se está quieto”
El pecado original
El tema del pecado original se ve claramente en la caída de Númenor
donde dice:
“Dicen los Eldar que los Hombres vinieron al mundo en el tiempo de la
Sombra de Morgoth, y que no tardaron en caer bajo su dominio; porque él
les envió emisarios, y ellos escucharon las malvadas y astutas palabras
de Morgoth, y veneraron la Oscuridad.”
Esto lo podemos relacionar con Adán y Eva, cuando ellos fueron creados,
Lucifer ya se había rebelado ya contra Dios , no tardaron en caer en
la tentación. También se pede ver en el rechazo de Varda por parte
de los elfos:
“Melkor, […], fue el primero en conocer el despertar de los Quendi,
y envió sombras y espíritus para que los espiaran y acecharan.”
Más adelante dice:
“Pero muchos rechazaron el llamamiento, prefiriendo la luz de las estrellas
y los amplios espacios de la Tierra Media.”
La tentación se produjo por egoísmo y orgullo, es decir pensando
en uno mismo sin tener en cuenta a los demás perjudicándolos.
Tolkien, al hablar de la caída de Númenor dice:
“Esta caída es en parte el resultado de una debilidad interior
de los hombres, consecuencia, si se quiere de la primera Caída (sin registro
en estos cuentos), sobre la que hubo arrepentimiento, pero no curación
definitiva.”
En “El Silmarillion” hay una semejanza con el pecado original en
los hombres cuando Bëor le dice a Finrod Felagund:
“Hay una oscuridad detrás de nosotros, y le hemos dado la espalda, y no deseamos volver allí ni siquiera con el pensamiento.”
La oración siguiente se refiere
al arrepentimiento de los hombres después del pecado original:
“Al Occidente se han vuelto nuestros corazones, y creemos que allí
encontraremos la Luz”
Después, en esa misma página
dice:
“… cuando los Hombres despertaron en Hildórien al levantarse
el Sol, los espías de Morgoth vigilaban, y el pronto se enteró,
y esto le pareció asunto de tanta importancia, que abandonó en
secreto Angband al abrigo de las sombras se dirigió a la Tierra Media,
dejando a Sauron el mando de la Guerra. De los tratos de él con los Hombres,
nada sabían por ese entonces los Eldar, y de poco se enteraron después;
pero que había una oscuridad en el corazón de los Hombres […]
lo advirtieron claramente aun en el pueblo de los Amigos de los Elfos, a quienes
vieron por primera vez.”
En este párrafo se ve claramente que hubo un daño en el aspecto moral de los hombres, no sabemos si este daño es hereditario o no, pero el estado en que quedaron los hombres es semejante a lo que nos pasó a nosotros con el pecado original.
Los Sacramentos
Bautismo
El bautismo, en la obra de Tolkien, siempre se ve como un viaje de ida y de
vuelta, uno se va para volver de una manera muy distinta a la que se fue, por
ejemplo:
“Gandalf «murió» realmente y se transformó…”
Pero volvió cambiado para bien,
podríamos interpretar su vestimenta blanca como signo de pureza. También
en “El Herrero de Wooton Mayor” Tolkien escribe:
“…necesitaba unas vacaciones; y se marchó sin que nadie supiera
dónde; y cuando algunos meses después regresó, parecía
un tanto cambiado.”
En la siguiente oración cuenta sobre
los efectos de este “viaje”:
“Había sido un hombre afable, al que le agradaba ver divertirse
a los demás, si bien él mismo era serio y de pocas palabras. Ahora
se mostraba más jovial, y a menudo hacía y decía las cosas
más graciosas; y en las fiestas solía incluso entonar canciones
jocosas que nadie esperaba en boca de un Cocinero Mayor.”
Los más claros templos son el de “El Señor de los Anillos”
y “El Hobbit” que como ya hemos dicho con respecto a la mayoría
de las obras de Tolkien, cuentan el viaje de los personajes sacados de sus cómodas
casas y llevados a enfrentar grandes riesgos que hacen madurar su personalidad.
Confesión
Este tema va directamente relacionado con el arrepentimiento, la misericordia
y el perdón, ya que la confesión implica un arrepentimiento de
los pecados y, sin arrepentimiento no puede haber perdón. La misericordia
es la compasión que tiene uno por el otro y así poder perdonar.
Tal es el caso que podemos ver en “El Señor de los Anillos”
cuando Frodo le dice a Sam:
“¡No, Sam! – dijo Frodo- no lo mates, ni aun ahora. No me
ha herido. En todo caso, no deseo verlo morir de esta manera inicua. […]
Ha caído, y devolverle la paz y la salud no esta a nuestro alcance; mas
yo le perdonaría la vida…”
Otro ejemplo es el de Túrin con el enano Mîm:
Entonces Túrin tuvo clemencia y no lo mató; y dijo: - ¿Dónde
esta tu morada?
Un claro ejemplo de arrepentimiento es
el que tiene Aulë cuando creó a los Enanos:
“Se dice que al principio los Enanos fueron hechos por Aulë en la
oscuridad de la Tierra Media; porque tanto deseaba Aulë la llegada de los
Hijos […], que no estuvo dispuesto a aguardar el cumplimiento de los designios
de Ilúvatar. Y Aulë hizo a los Enanos […]. Pero temiendo que
los otros Valar lo culparan, trabajó en secreto; e hizo primero a los
Siete Padres de los Enanos en un palacio bajo las montañas de la Tierra
Media. Ahora bien, Ilúvatar sabía lo que se estaba haciendo, y
a la hora misma en que Aulë completó su obra, y sintiéndose
complacido, empezó a instruir a los Enanos en la lengua que había
inventado para ellos, Ilúvatar le hablo: — ¿Por qué
has hecho esto? ¿Por qué intentas algo que está más
allá de tu poder y tu autoridad, como bien lo sabes? Pues has recibido
de mí como don sólo tu propio ser, y ninguna otra cosa, y por
tanto las criaturas de tu mano y tu mente sólo pueden vivir de ese ser,
moviéndose cuando tú lo piensas, y si tu pensamiento está
en otro sitio, quedándose quietos. ¿Es ése tu deseo? Entonces
Aulë contestó: —Yo no deseé semejante dominio. Deseé
criaturas que no fueran como yo, para amarlas y enseñarles, de modo que
ellas también pudieran percibir la belleza de Eä, que tú
mismo hiciste. Porque me pareció que había grandes espacios en
Arda como para que muchas criaturas pudieran regocijarse en ella, y sin embargo
aún se encuentra casi toda muda y vacía. Y en mi impaciencia he
dado en la locura. […] Pero ¿qué haré ahora para
que no estés siempre enfadado conmigo? Como un niño a su padre
te ofrezco yo estas criaturas, obra de las manos que tú mismo has hecho.
Dispón de ellas como más te plazca. Pero ¿no tendría
que destruir yo mismo la obra de mi presunción? Alzó entonces
Aulë un gran martillo para golpear a los Enanos; y lloró. Pero Ilúvatar
vio la humildad de Aulë, y tuvo compasión de él y de su deseo;
y los Enanos se sobrecogieron ante el martillo y se asustaron, e inclinaron
la cabeza y suplicaron clemencia. Y la voz de Ilúvatar le dijo a Aulë:
—Acepto tu ofrenda tal como era al principio. ¿No ves que estas
criaturas tienen ahora una vida propia y hablan con sus propias voces? De otro
modo no habrían esquivado tu golpe, ni orden alguna de tu voluntad—.
Entonces Aulë soltó el martillo y se sintió complacido, y
dio las gracias a Ilúvatar…”
Pero el ejemplo más claro de todos es el siguiente:
“-¿Lástima? Sí, fue lástima lo que detuvo
la mano de Bilbo. Lástima y misericordia: no matar sin necesidad. Y ha
sido bien recompensado, Frodo; puedes estar seguro: la maldad lo rozó
apenas y al fin pudo escapar por el modo en que tomó posesión
del Anillo, con lástima. -Lo lamento -dijo Frodo-; estoy asustado y no
siento ninguna lástima por Gollum. -No lo has visto -interrumpió
Gandalf. -No, y no quiero verlo -replicó Frodo-. No puedo entenderte.
¿Quieres decir que tú y los elfos habéis dejado que siguiera
viviendo después de todas esas horribles hazañas? Ahora, de cualquier
modo, es tan malo como un orco y además un enemigo. Merece la muerte.
-La merece, sin duda. Muchos de los que viven merecen morir y algunos de los
que mueren merecen la vida. ¿Puedes devolver la vida? Entonces no te
apresures a dispensar la muerte, pues ni el más sabio conoce el fin de
todos los caminos. No hay muchas esperanzas de que Gollum tenga cura antes de
morir, pero creo que aún podría salvarse: está ligado al
destino del Anillo. El corazón me dice que todavía tiene un papel
que desempeñar, para bien o para mal, antes del fin y cuando éste
llegue, la misericordia de Bilbo puede determinar el destino de muchos, no menos
que el tuyo. De cualquier modo no lo hemos matado; es muy anciano y muy infeliz.
Los elfos de los bosques lo tienen prisionero, pero lo tratan con toda la benevolencia
que es posible esperar de esos prudentes corazones.”
Eucaristía, Orden Sagrado y Unción de los enfermos
La eucaristía y el óleo en Tolkien es representada con las “lembas”
o “coimas” , que, así como la eucaristía puede ser
dada por solo aquellas personas que hayan recibido el Orden Sagrado, las lembas:
“Solo a la reina cabía guardar o dar lembas”
Así como la eucaristía puede
curar el alma y la unción de los enfermos también el cuerpo:
“a aquellos que estaban heridos les daba lembas de Melian, se curaba pronto”
Después dice con respecto a esto:
“…tomo también el lembas de Melian para poder fortalecerse…”
Providencia, Libertad, Humildad
Providencia y Libertad Humana
La Providencia, según la enciclopedia , es la previsión divina
de todo lo creado, pero nos basaremos en lo que el Catecismo de la iglesia católica
dice:
“Llamamos divina providencia a las disposiciones por las que Dios conduce
la Obra de su Creación hacia esta perfección:
<<Dios guarda y gobierna por providencia todo lo que se creó, “abarcando
con fuerza de un extremo al otro del mundo y disponiéndolo todo con dulzura”
(Sb 8,1). Porque “todo está desnudo y patente a sus ojos”
(Hb 4, 13), incluso lo que la acción libre de las criaturas producirá
(Cc. Vaticano I: DS33). >>”
Esto significa que la providencia tiene
cuidado todo, pero que Dios sepa que es lo que el hombre va a hacer no le quita
libertad, el Catecismo también dice:
“Dios concede a los hombres incluso el poder de participar libremente
de su providencia.”
Un ejemplo claro de providencia está
en “El Hobbit” cuando Gandalf le dice a Bilbo:
“No supondrás, ¿verdad?, que todas tus aventuras y escapadas
fueron producto de la mera suerte, para tu beneficio exclusivo. Te considero
una gran persona, señor Bolsón, y te aprecio mucho; pero en última
instancia, ¡eres sólo un simple individuo en un mundo enorme!”
En “El Señor de los Anillos
Frodo pregunta:
“¿Por qué fui elegido?”
Ahí es cuando frodo puede elegir si ser parte de los designios de Dios o no.
La Humildad
La humildad consiste en ponerse en último lugar, humilde es aquel que
siendo grande se hace pequeño. Tolkien tiene su preferencia por los pequeños,
esto lo podemos ver reflejado en sus personajes más pequeños,
los hobbits. Vemos, pues, que la trama del hobbit y “El Señor de
los Anillos” se resuelve por medio de hobbits, los más pequeños
y los que estaban en último lugar, en un lugar que nadie, o muy pocos,
conocían: la Comarca. Otro ejemplo es Egidio, un simple granjero que
es enviado a luchar contra un dragón, mientras que los caballeros del
rey, que estaban obligados a ir, no se animan. En “el Herrero de Wooton
Mayor” solo los niños son capaces de recibir la estrella y viajar
a Fantasía. En “El Silmarillion”. Beren, un mortal, logró
entrar a la fortaleza de Angband y sacarle uno de los silmarils a Morgoth, mientras
que ni los elfos, ainur o maiar no pudieron. Pero un ejemplo claro de humildad
es el de Tuor cuando dice:
“…soy un esclavo fugado, y soy un proscrito solitario en una tierra
desierta.”
Conclusión
A lo largo de esta investigación
hemos podido comprobar como la religión católica influyó
a Tolkien en sus obras. Vimos también, como se muestra esta influencia
de manera implícita y no explicita. Por último pudimos comprobar
como no es evidente que Tolkien es alguien religioso, sino que hay que saber
interpretar sus obras.
No hay que olvidar mencionar la capacidad de la doctrina católica que
tiene para inspirar no solo las filosofías sino también en las
artes, en este caso, la literatura.
Bibliografía
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“Tolkien”, Ediciones Palabra, Madrid, 1992.
• “Catecismo de la Iglesia Católica”, Lumen, Uruguay,
1992.
• “Communio: revista católica internacional”, Argentina,
Buenos Aires 1994.
• “Diccionario de la Real Academia Española”, Tomo
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Centro de Estudios Humanísticos y Filosóficos “Sabiduría
Cristiana”, Buenos Aires, 2002.
• Jorge Ferro, “Leyendo a Tolkien”, Vértice Gladius,
Buenos Aires, 1996.
• Ricardo Irigaray, “Elfos, hobbits y dragones”, tierra media,
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• Joaquín Marco y otros, “Gran diccionario Salvat”,
La Nación, Barcelona, 1992.
• Joseph Pieper, “Sobre los mitos platónicos”, Herder,
Barcelona, 1984.
• John Ronald Reuel Tolkien, “Cuentos Inconclusos (I La Primera
Edad)”, Minotauro, Buenos Aires, 1989.
• John Ronald Reuel Tolkien, “El Libro de Los Cuentos Perdidos”,
Minotauro, Barcelona, 1990.
• John Ronald Reuel Tolkien, “El Herrero de Wooton Mayor”,
www.anarda.net/tolkien/relatos/herrero.html
• John Ronald Reuel Tolkien, “El Hobbit”, Minotauro, Barcelona,
1991.
• John Ronald Reuel Tolkien, “El Señor de los Anillos: John
Ronald Reuel Tolkien, “El Señor de los Anillos: Apéndices”,
Minotauro, Barcelona, 1987
• John Ronald Reuel Tolkien, “El Señor de los Anillos: el
Retorno del Rey”, Minotauro, Barcelona, 1991.
• John Ronald Reuel Tolkien, “El Señor de los Anillos: la
Comunidad del Anillo”, Minotauro, Barcelona, 1991.
• John Ronald Reuel Tolkien, “El Señor de los Anillos: las
dos Torres”, Minotauro, Buenos Aires, 1979.
• John Ronald Reuel Tolkien, “El Silmarillion”, Minotauro,
Barcelona, 1999.
• John Ronald Reuel Tolkien,“Mitopoeia”, www.anarda.net/tolkien/mitopoeia.html
• John Ronald Reuel Tolkien, “Tales from the Perilous Realm”,
Harper Collins, Londres, 1997.
• Selección, edición electrónica y comentarios de
Luis Unsain Alcarohtar Cuthalion.
Gracias a Francisco Barros por enviarme este excelente proyecto.