Fragmento de La balada de Leithian

 

De Las Baladas de Beleriand
Tolkien

 

Gracias a Rubi por esta traducción de la Balada de Leithian. Debido a la dificultad de conservar el metraje y el sentido, ha optado por una versión de verso más corto que el inglés, pero que permite conservar la rima.

 

Lay of Leithian

(*note the "he" is Morgoth and "she" is Lúthien)

In his eyes the fire to flame was fanned,
and forth he stretched his brazen hand.
Lúthien as a shadow shrank aside.
'Not thus, O king! Not thus!' she cried,
'do great lords hark to humble boon!
For every minstrel hath his tune;
and some are stong and some are soft,
and each word would bear his song aloft,
and each little while be heard,
though rude the note, and light the word.
But Lúthien hath cunning arts
for solace sweet of kingly hearts.
Now hearken!' And her wings she caught
then deftly up, and swift as thought
slipped from his grasp, and wheeling round,
fluttering before his eyes, she wound
a mazy-winged dance, and sped
about his iron-crowned head.
Suddenly her song began anew;
and soft cam dropping down like a dew
down from on high in the doomed hall
her voice bewildering, magical,
and grew to silver murmuring streams
pale falling in dark pools in dreams.
She let fly her raiment sweep,
enmeshed with woven spells of sleep,
as round the dark void she ranged and reeled.
From wall to wall she turned and wheeled
in dance such as never Elf nor fay
before devided, nor since that day;
than swallow swifter, that flittermouse
in dying light round darkened house
more silken-soft, more strange and fair
that sylphine maidens of the Air
whose wings in Varda's heavenly hall
in rhythmic movemnet beat and fall.
Down crumpled Orc, and Balrog proud;
all eyes were quenched, all heads were bowed;
the fires of heart and maw were stilled,
and ever like a bird she thrilled
above a sightless world forlorn
in ecstasy enchanted borne.
All eyes quenched, save those that glared
in Morgoth's lowering brows, and stared
in slowly wandering wonder round,
and slow were in enchantment bound.
Their will wavered , and their fire failed,
and as beneath his brows they paled,
the Silmarils like stars were kindled
that in the reek of Earth had dwindled
escaping upwards clear to shine,
glistening marvellous in heaven's mine.
Then flaring they suddenly they fell,
down, down upon the floors of hell.
The dark and mighty head was bowed'
like mountain-top beneath the cloud
the shoulders foundered, the vast form
crashed, as in overwhelming storm
hufe cliffs in ruin slide and fall;
and prone lay Morgoth in his hall.
His crown there rolled upon the ground,
a wheel of thunder; then all sound
died, and silence grew as deep
as were the heart of Earth asleep.

Balada de Liberación

( fragmento – él es Morgoth y ella es Lúthien )

El fuego que inflama
aventaba en su mirada
mientras sin pudor
él su mano extendía.
Cual sombra Lúthien
a un costado saltó,
“Así no, oh Rey,
así no ! “ ella gritó,
“ los grandes señores,
las súplicas humildes atienden.
Pues cada trovador
tiene su son
y eleva por los aires
cada palabra su canción,
unas fuertes, otras leves,
y a cada instante se escucha,
sea suave el decir
y la nota brusca.
Mas Lúthien tiene
un arte sutil
para amable consuelo
del regio corazón,
presta atención ahora ! “
Y sus alas desplegó
diestramente
y como el pensamiento
rauda se deslizó
de su puño, y girando,
revoloteando en derredor,
delante de sus ojos,
un baile alado portentoso
tejió y se apuró
en torno a su testa
de hierro coronada.
Recomenzó
de pronto su tema
y como rocío
suavemente goteaba
desde el alto y condenado salón
su voz mágica, turbadora,
crecía y formaba
arroyos susurrantes
de pálida plata
que en lóbregos estanques
adormecidos se vertía.
Dejó volar su falda
arrolladoramente,
con hechizos de sueño entretejida,
mientras en el vacío tenebroso
cimbreaba y corría.
De un muro a otro
se volvía y giraba;
nunca antes esa danza,
ni después de aquel día,
ha hecho ningún elfo ni hada,
que más rápido que un murciélago traga
en la luz mortecina
de una casa en sombras,
más suave que la seda,
más extraña y bella
que las sílfides, doncellas del Aire,
que baten sus alas
rítmicamente, en los celestiales
salones de Varda.
Caían los contrahechos Orcos
y Balrogs orgullosos,
todas las miradas se extinguían,
todas las frentes se inclinaban,
los fuegos del corazón
y del buche se aquietaban
y todavía como una avecilla conmovía
en la cima de un mundo desolado y ciego,
por un éxtasis fascinante sujeto.
Todos los ojos se cerraban
excepto aquellos
que centelleaban
bajo el ceño de Morgoth
que descendía, y su vista clavaba
en la ronda demorada y sorprendente
y en el sortilegio permanecía
amarrándose lentamente.
En sus pupilas
su voluntad flameaba
y el destello en su mirada cedía
y a medida que debajo
de sus cejas palidecían,
como estrellas
los Silmarils refulgían
pues en el vaho de la Tierra
habían menguado
y para brillar, limpios se escurrían,
prodigiosos rielando
en el túnel del cielo.
Entonces fulgurando
de súbito en llamas
en el piso del averno
se posó su vista.
La oscura y poderosa
cabeza se rendía
como bajo una nube
la cima de la montaña,
los hombros se desplomaban,
la enorme figura se estrellaba
como en una sobrecogedora tormenta
vastos acantilados en ruinas
se deslizan y caen;
y postrado Morgoth
yacía en su sala.
Su corona, una rueda tronante,
por el suelo rodaba,
luego cesó todo sonido
y resultó tan hondo el silencio,
como si el corazón mismo
de la Tierra se hubiese dormido.

 

 

Traducido por Rubi Brandigamo