Cruel burla de las águilas, las Bestias Aladas anidan en cavernas elevadas o en los recodos que quedan bajo los salientes de la roca en las laderas de las montañas. Estas criaturas crecen hasta alcanzar longitudes de 10 metros, con envergadura de 10 a 12 metros y están lejanamente relacionadas con los dragones del frío de los días antiguos. No pueden escupir fuego pero su armadura física es formidable. Sus grandes garras y poderosos colmillos hicieron que estas criaturas fuerna temidas por los habitantes de la Tierra Media. Se cuenta que, en la época de la Guerra del Anillo, los espíritus no muertos llamados los Nazgûl eran transportados por Bestias Aladas. Estas criaturas eran más veloces que el viento, poseían pico y garras de ave, cuello de serpiente y alas de murciélago. Habían sido creadas por Melkor en las tinieblas indefinibles durante las Edades de las Lámparas, cuando la serpiente kraken salió de los Pozos de Utumno. Pero, a pesar de su antigüedad, y a pesar de ser fuertes y terribles en su servicio a Sauron en la Guerra del Anillo, su tiempo en la Tierra Media se terminó. Una de las Bestias Aladas halló la muerte a manos del elfo Legolas, y otra a manos de la doncella guerrera Éowyn; las restantes fueron destruidas en el holocausto que consumió a Mordor en los últimos años de la Tercera Edad. |