A finales del primer milenio de la Segunda Edad, Sauron fundó un reino del mal en la Tierra Media, al este del río Anduin. Se llamó Mordor, «la tierra negra», y durante dos edades fue la base del poder de Sauron en sus intentos de dominar toda la Tierra Media. Mordor estaba defendido en tres de sus lados por dos cordilleras inexpugnables: los Montes de Ceniza en el norte y las Montañas de la Sombra en el oeste y en el sur. Parece ser que sólo existían dos pasos en estas montañas: Cirith Ungol en el oeste, y Cirith Gorgor en el noroeste. Además de la pequeña llanura circular llamada Udûn dentro de Cirith Gorgor, las dos regiones principales de Mordor eran la meseta de Gorgoroth y los campos de esclavos de Nurn.

Gorgoroth era una enorme y aterradora meseta, con montones de escoria y pozos de orcos, cubierta siempre por el manto de humo del volcán de Orodruin (o Monte del Destino) que se alzaba cerca de su centro. Aquí se encontraba también, en la zona nororiental de la meseta, en una estribación de los Montes de Ceniza, la fortaleza de Sauron, la Torre Oscura de Barad-dûr. Nurn, sin embargo, era una gran región de tierras de cultivo poblada por esclavos y capataces de esclavos que proporcionaba las grandes cantidades de alimentos y las materias primas para los ejércitos de Sauron.

Estaba recorrida por cuatro ríos, y cada uno de ellos desembocaba en el mar interior de Nûrnen. Tras forjar los Anillos de Poder, y forjar el Anillo Único en los fuegos del Monte del Destino, en 1600, Sauron completó Barad-dûr y comenzó la Guerra de Sauron y los elfos. Aunque se rindió al sorprendente poder de los númenóreanos en 3262, Sauron consiguió acabar con ellos por medio de la astucia y regresar a Mordor tras la destrucción de Númenor. En 3429, las fuerzas de Sauron guerrearon contra Gondor, pero la venganza llegó en 3434 cuando la Última Alianza de elfos y hombres destruyó su ejército en Dagorlad y echó abajo la Puerta Negra para entrar en Mordor.

Tras un sitio de siete años, Barad-dûr fue tomada, cortaron el dedo que llevaba el Anillo de la mano de Sauron y todos sus siervos malignos fueron expulsados de Mordor. Durante los inicios de la Tercera Edad, Mordor estuvo desierto y Gondor construyó la Torre de los Dientes y la fortaleza de Durthang en el paso septentrional, y la Torre de Cirith Ungol en el paso oeste, para vigilar Mordor e impedir que los aliados dispersos de Sauron penetraran en el reino. Por desgracia, tras la devastación de la Gran Plaga de 1636, Gondor abandonó estas fortalezas, que fueron ocupadas por orcos y preparadas para la llegada de los Nazgûl y del mismo Sauron. Éste regresó en 2942 y en 2951 comenzó a reconstruir Barad-dûr. Sin embargo, la destrucción del Anillo Único fue el golpe definitivo. Sauron fue aniquilado y Mordor no volvió a ser una amenaza para la paz.