Al igual que los elfos aparecieron con el Renacimiento de las Estrellas, los hombres surgieron con el Nacimiento del Sol. En la región que los elfos llamaron Hildórien, «la tierra de los seguidores», que se encontraba en el extremo oriente de la Tierra Media, los hombres abrieron por primera vez los ojos y vieron la nueva luz. A diferencia de los elfos, los hombres eran mortales y tenían una vida corta incluso en comparación con la de los enanos. Disfrutaban del "Don de la Muerte" por lo que vivían sus breves vidas con un fuego y una pasión que no se veía en las demás razas. Huyendo de la maldad de Morgoth acabaron llegando a Beleriand y a los reinos de los elfos noldor. Éstos aceptaron aliarse con aquellos hombres y los llamaron atani, los «Segundos Nacidos», pero más tarde, como la gran mayoría de los habitantes de Beleriand hablaban el idioma de los elfos grises, se los conoció más comúnmente como Edain, los «Segundos». Tras el hundimiento de la ciudad de Beleriand los edain que sobrevivieron a esa edad se dividieron. Algunos huyeron del hundimiento de Beleriand y se dirigieron al este. se los llamó Hombres del Norte, de Rhovanion. Otros edain se dirigieron al sur con los elfos. A éstos se les concedió un país que estaba en el Mar Occidental y se los llamó dúnedain, los hombres de Oesternesse, porque su isla se llamaba Oesternesse, que en lengua élfica era Númenor. En la Segunda Edad, los dúnedain recibieron el nombre de númenóreanos y se convirtieron en una gran potencia marítima. También se hicieron más longevos, más sabios y más fuertes. Su historia en la Segunda Edad fue gloriosa pero, corrompidos por Sauron, declararon la guerra a los Valar y fueron destruidos. Entre los que sobrevivieron se hallaban los númenóreanos negros, que se establecieron en el país de Umbar, en el sur de la Tierra Media. Pero los más nobles de entre los númenóreanos regresaron a la Tierra Media. Éstos, verdaderos descendientes del linaje dúnadan, crearon dos poderosos reinos en la Tierra Media: el reino del norte, que fue Arnor, y el reino del sur, Gondor. Había también otras razas de hombres que habían surgido en el este y en el sur, muchas de las cuales hicieron acto de presencia entonces. Los balchoth, los Aurigas y otros Orientales llegaron de Rhûn para luchar contra los dúnedain de Gondor, mientras que, del sur, los haradrim y los variags avanzaron con los númenóreanos negros. Pero los hombres de Gondor eran fuertes y derrotaron a todos los enemigos. Pero en el norte surgió otra potencia en el país de Angmar. El rey brujo que gobernaba aquellas tierras reunió un ejército de orcos y criaturas malignas, así como Orientales y Montañeses de las Landas de Etten, para hacer la guerra contra el reino septentrional de Arnor, que acabó siendo asolado. Al final de la Tercera Edad, se libró la Guerra del Anillo, y todos los pueblos de la Tierra Media tomaron partido bien por Sauron, como los dunlendinos, haradrim y Orientales, bien por los dúnedain: los jinetes llamados rohirrim, de Rhovanion y los beórnidas. El ejército de Sauron fue derrotado. El Anillo Único fue hallado y destruido, y llegó un rey único para los dúnedain. Fue Aragorn, hijo de Arathorn, al que se llamó rey Elessar, el legítimo heredero de Isildur. |