Aragorn estaba buscando a Frodo
cuando escuchó el cuerno de Boromir
que llamaba desesperadamente. Aragorn encontró a Boromir apoyado
en un árbol rodeado de cadáveres de orcos
con la espada rota a la altura del mango, y con muchas flechas de penacho
negro clavadas. Boromir antes de morir le confesó al montaraz
su intento de arrebatarle el Anillo a Frodo, y le dijo que los orcos
se habían llevado a los hobbits. Cuando
llegaron Legolas y Gimli
metieron a Boromir en una de las barcas con sus armas y las de los enemigos
derrotados, y lo dejaron en el río Anduin. Así acabó
la vida de Boromir, el hijo del Senescal de Gondor,
defendiendo valientemente a los hobbits de los orcos, y arrepintiéndose
de su locura. Tras esta nueva pérdida Aragorn, Gimli y Legolas observaron
las huellas del combate, y notaron la falta de dos bultos de viaje y
una barca, de lo que dedujeron que los orcos se habían llevado
vivos a Merry y a Pippin,
y que Frodo había tomado el camino del Este en compañía
de Sam, por lo que decidieron perseguir los tres
solos a los orcos para tratar de rescatar a los dos hobbits, ya que
el destino del Portador del Anillo estaba fuera de su alcance. Siguiendo el rastro llegaron al borde del bosque de Fangorn,
donde apareció un extraño viejo que espantó a los
caballos y desapareció. Merry y Pippin, mientras tanto, estaban
prisioneros de los orcos, que los llevaban a toda prisa con dirección
a Isengard. |